El mes de septiembre no es tan caluroso como julio y agosto, pero sí que nos quedan por delante varios días de temperaturas altas y de tener que dejar el coche aparcado a pleno sol. Por eso, los mecánicos revelan algunos de sus trucos para que el habitáculo no parezca un horno.
Olvídate de quemarte al tocar el volante o al sentarte si los asientos son de cuero. Además, un habitáculo con una temperatura muy alta y sin protección hará que los plásticos se recalienten y que los sistemas electrónicos sufran más de la cuenta. Toma nota de estos cinco consejos.
Abre puertas y ventanillas de tu coche en el orden correcto
Lo primero es generar corriente. Ni se te ocurra subirte al coche, encender el aire acondicionado y que enfríe en cuestión de segundos. No va a ocurrir porque el aire caliente sigue ‘atrapado’ dentro del habitáculo.
El orden correcto es abrir primero una ventanilla trasera y después abrir y cerrar la puerta opuesta varias veces. Esto crea un efecto pistón que empuja hacia fuera del coche buena parte del calor acumulado.
Después, baja todas las ventanillas durante un par de minutos para que el aire se renueve por completo antes de encender el climatizador. Esto reduce hasta en 10 grados la temperatura inicial del habitáculo.
Aprovecha el efecto chimenea
El aire caliente tiende a subir y concentrarse en el techo, justo encima de tu cabeza. Para sacarlo rápido, los mecánicos recomiendan bajar solo las ventanillas delanteras unos centímetros y las traseras por completo.
Ese desequilibrio crea un flujo que actúa como chimenea y que expulsa el aire caliente por la parte trasera en cuestión de segundos. El interior se refresca mucho más rápido que si abres todo por igual. Una técnica bastante útil en ciudad, donde no siempre puedes circular con las ventanillas completamente bajadas.
Poner el aire acondicionado en el modo adecuado
Uno de los errores más habituales es activar el modo de recirculación nada más arrancar. Al principio, conviene dejar que entre aire del exterior, que es mucho más fresquito que el que está dentro del coche, aunque haga bastante calor fuera.
Cuando notes que la temperatura se estabiliza, entonces sí, activa la recirculación para que el climatizador trabaje con aire ya enfriado y no forzar tanto el compresor. Este cambio puede parecer mínimo, pero acorta varios minutos el proceso de refrigeración y alarga la vida del sistema de aire acondicionado.
Utiliza parasoles y elementos auxiliares
Un parasol bien colocado hace mucho más de lo que puede parecer a simple vista. Reduce la temperatura del salpicadero y evita que materiales (cuero o plásticos) se calienten en exceso.
Los mecánicos también recomiendan utilizar fundas para el volante o incluso toallas sobre los asientos para que no queme. No enfrían el coche por sí mismos, pero sí que van a evitar el choque térmico inicial para que el climatizador trabaje con menos esfuerzo.
Acorta varios minutos el proceso de enfriar el coche y alarga también la vida del sistema de aire acondicionado.
Prepara el coche antes de arrancar
Sabemos que la tentación es subirte al coche, no abrir las ventanillas y poner el aire acondicionado a la temperatura más baja posible. Pero en realidad lo más útil es justo lo contrario: abrir todas las ventanillas, encender el climatizador y esperar medio minuto antes de iniciar la marcha.
Así, en estos minutos permitirás que el flujo de aire fresco empiece a circular y que al arrancar el interior resulte mucho más soportable. Si tienes prisa, es el truco que recomiendan los mecánicos para no perder mucho tiempo ni pasar tantísimo calor.
