Muchos conductores tienen por costumbre apurar el depósito de su coche hasta que se enciende la luz reserva del depósito. Es una situación más común de lo que parece, la de pensar que estirar un poco el presupuesto de combustible es una medida de ahorro.
Sin embargo, este pequeño gesto que parece inofensivo podría llegar a costar mucho dinero a largo plazo, más del que en apariencia se está ahorrando. Hemos hablado con Antonio, un mecánico con más de 30 años de experiencia en su taller de barrio, y su mensaje es rotundo: «La gente no es consciente del daño que hace cuando deja que el depósito baje del 20%,
Los peligros de llegar al fondo del depósito

Con el paso del tiempo, en el fondo del depósito se van acumulando impurezas, como pequeños sedimentos, partículas de óxido, restos de suciedad que pueden entrar durante el repostaje e incluso agua procedente de la condensación. Mientras el nivel de combustible es alto, estas impurezas permanecen en el fondo. El problema surge cuando el nivel baja de forma drástica. En ese momento, la bomba de combustible empieza a tirar de esa zona peligrosa.
«Los inyectores tienen unos orificios minúsculos, más finos que un cabello humano», explica Antonio. «Cuando les llega combustible sucio, estas partículas pueden obstruirlos con facilidad«. Una obstrucción en los inyectores provoca que el motor no reciba la cantidad de combustible adecuada, lo que se traduce en tirones, pérdida de potencia, un aumento del consumo y, en el peor de los casos, una avería que implica tener que sustituirlos. Y no es una reparación barata.
Cómo afecta a la bomba de combustible

Pero los inyectores no son las únicas víctimas de esta mala práctica. La bomba de combustible también se puede ver afectada, ya que utiliza el propio combustible que la rodea para refrigerar y lubricar sus componentes.
Cuando el nivel de carburante es muy bajo, la bomba queda más expuesta y tiene menos líquido a su alrededor para mantenerse a una temperatura óptima. Empieza a calentarse más de la cuenta, lo que acorta su vida útil. Un sobrecalentamiento continuo de la bomba de combustible terminará en una avería. Y de nuevo, se trata de una reparación costosa que te podrías haber ahorrado visitando la gasolinera un poco antes.
Además, al haber menos líquido, la bomba tiene que hacer un esfuerzo mayor para succionar el combustible, lo que también contribuye a su desgaste prematuro. También es más propensa a aspirar aire junto con el poco combustible que queda, lo que puede generar burbujas en el circuito y provocar fallos en el funcionamiento del motor.
El punto recomendable para ir a repostar

La luz de reserva se suele encender cuando al coche le quedan entre 50 y 80 kilómetros de autonomía. Sin embargo, este cálculo es una estimación y puede variar mucho dependiendo de tu estilo de conducción, el tipo de vía por la que circules o si llevas el aire acondicionado puesto.
Por eso, la mayoría de mecánicos insisten en la regla del 20%, repostar cuando el indicador de combustible llega al primer cuarto de su capacidad. Mantener el depósito por encima de este nivel garantiza que la bomba de combustible siempre estará sumergida y bien refrigerada, y que la succión de combustible se producirá siempre en la zona limpia del depósito. De esta manera, proteges todo el sistema de alimentación y durará más tiempo en buen estado.
Puede parecer una manía de mecánicos, pero la realidad es que esta costumbre puede ahorrar mucho dinero en averías a lo largo de la vida de tu vehículo. Es un mantenimiento preventivo muy sencillo y barato. Piensa en ello como una inversión. El tiempo que «pierdes» parando a repostar antes de que salte la reserva es tiempo y dinero que ganas evitando futuras visitas al taller.
Así que la próxima vez que veas la aguja del combustible acercarse a la zona roja, recuerda la recomendación de este mecánico. No es solo por evitar quedarte tirado en la carretera. Se trata de cuidar la salud de tu motor, de mimar los componentes internos que hacen que tu coche funcione cada día.
Apurar el depósito es, en definitiva, una forma de someter a tu coche a un maltrato que no se merece.