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jueves, 18 septiembre 2025

Juan José (36), mecánico: «Ni se te ocurra dejar las ruedas así cuando aparques si no quieres acabar en el taller.»

Es una costumbre muy extendida, pero las consecuencias con el paso del tiempo pueden llevar a tener que gastar mucho dinero en reparaciones.

Piensa en la última vez que aparcaste. ¿Cómo dejaste el volante al bajar del coche? Es muy probable que, ya sea por pura costumbre, por la comodidad de la última maniobra o por el afán de arrimarte al máximo al bordillo, dejaras las ruedas giradas. Es un acto reflejo para millones de conductores, un gesto que parece inofensivo y sin importancia.

Sin embargo, detrás de esta acción se esconde un grave riesgo para la mecánica de tu vehículo. Sin que te des cuenta, al alterar la posición natural de las ruedas, estás forzando varios componentes clave, sometiéndolos a una tensión constante para la que no están diseñados. Y esa tensión, mantenida durante horas y repetida día tras día, acaba pasando factura. Una factura que, como nos advierte un mecánico experto, puede ser muy cara y te llevará al taller cuando menos te lo esperes.

El gesto que castiga la dirección de tu coche

coches aparcados
Fuente propia

La voz de alarma la ha dado Juan José, mecánico profesional, en sus redes sociales. A través de un vídeo ha querido compartir un consejo que, aunque pueda parecer una nimiedad, es fundamental para muchos componentes del coche, pero sobre todo las ruedas y la dirección. Su mensaje es directo y no deja lugar a dudas: dejar el coche aparcado con las ruedas giradas hacia un lado es una de las peores costumbres que puedes tener. Es un castigo continuo al que sometes a varias piezas clave que, tarde o temprano, acabarán en avería.

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Al dejar la dirección completamente girada, el sistema hidráulico no se relaja. Lo dejas en un estado de tensión máxima y constante, manteniendo una presión elevada de forma innecesaria durante todo el tiempo que el coche está aparcado. Esta tensión sostenida acelera el desgaste de todos los componentes internos y, con el tiempo, pueden aparecer fugas.

Una pequeña fuga de líquido de dirección no solo manchará tu plaza de garaje, sino que puede provocar que la bomba trabaje en seco, llevando a un fallo catastrófico y a una reparación que no es barata. Estás acortando la vida útil de una pieza vital por un simple descuido al aparcar. Y no importa si tu coche tiene una dirección hidráulica convencional o una electro-hidráulica, el principio de funcionamiento y el sufrimiento de la bomba son muy similares.

Un desgaste de ruedas que te saldrá caro

ruedas
Fuente: Pixabay

Las ruedas también pagan las consecuencias. El neumático está diseñado para que su banda de rodadura apoye de la forma más plana y uniforme posible sobre el asfalto. Esto garantiza el máximo agarre, una evacuación de agua eficiente y un desgaste regular. Al dejar las ruedas giradas, estás forzando a que todo el peso del coche en ese eje descanse sobre el borde y el flanco del neumático, en lugar de repartirse por toda la superficie.

Este apoyo irregular mantenido durante horas o días provoca un desgaste anormal y prematuro en las ruedas. A la larga, esto no solo te obligará a cambiarlas antes de tiempo, sino que compromete tu seguridad. Un neumático desgastado de forma irregular tiene menos superficie de contacto real con la carretera, lo que reduce su adherencia, alarga la distancia de frenado y puede provocar un comportamiento extraño del coche, en especial sobre suelo mojado o en una maniobra de emergencia.

La única excepción

pendiente
Fuente: Agencias

Juan José señala que solo hay una situación en la que no solo está permitido, sino que es recomendable dejar las ruedas giradas al aparcar: si se hace en una pendiente pronunciada. En este caso, la seguridad es lo primero. La DGT recomienda que, si aparcas cuesta abajo, gires las ruedas hacia el bordillo. Si aparcas cuesta arriba, debes girarlas hacia el centro de la calzada.

De esta forma, si el freno de mano fallase por cualquier motivo, el bordillo actuaría como un calzo, deteniendo el coche y evitando un accidente grave. En esta circunstancia específica, el beneficio en seguridad supera el pequeño estrés mecánico.

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La próxima vez que aparques,asegúrate de que el volante está centrado y las ruedas apuntan al frente. Es un pequeño detalle que no te cuesta nada, pero que le regala a tu coche años de vida útil y a ti te ahorra un buen dinero y muchos dolores de cabeza.

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