Si a cualquier persona que no tiene ni idea de mecánica le dices que puede convertir una moto de gasolina en una eléctrica, sin salir de casa y por un precio ridículo (en comparación con comprar una nueva), seguramente se echaría a reír. Pero puedes desmontar el motor con tus propias manos, sin pisar el taller ni cargarte nada por el camino.
¿Cuál es el truco? Un kit de conversión que convierte prácticamente cualquier scooter pequeña en una eléctrica en una tarde. Se llama DropIN 72 V y lo fabrica una empresa californiana que tiene un nombre que les delata bastante: Death to Gas —muerte al gas—.
¿Puedo convertir una moto en eléctrica sin saber de mecánica?
Sí, al menos si te mueves dentro de un rango concreto de motos pequeñas (49 a 200 cc), tienes algo de maña y no te asusta desmontar algún que otro tornillo. El kit viene con todo lo necesario, como es un motor eléctrico, una batería de 2,16 kWh, controlador, pantalla digital con dos modos de conducción, freno regenerativo y hasta adaptadores por si tu chasis no encaja al milímetro.
Es ideal, por ejemplo, para esas scooters de 125 cc a las que le tienes mucho apego. Solo necesitas desmontar el motor original (el fabricante tiene un vídeo publicado en YouTube para ayudarte), colocar el conjunto eléctrico y conectar unos pocos cables. Lo mejor de este kit es que no necesitas herramientas concretas ni tener conocimientos de mecánica, porque es una instalación plug & play (de verdad).
El nuevo motor ofrece 16 CV continuos y picos de casi 30. Puede parecer exagerado para una moto urbana, pero en la práctica lo que se nota es agilidad, una respuesta inmediata al puño y un silencio que impone respeto. Eso sí, te vas a tener que acostumbrarte a que no suene absolutamente nada al arrancar.
El proceso completo no te llevará más de una tarde, y automáticamente podrás disfrutar de todas las ventajas legales que implica hoy en día la electrificación.
¿Compensa convertir una moto en eléctrica por tu cuenta?

El kit cuesta 1.800 euros, pero si lo haces en España, tienes que tener en cuenta otras implicaciones legales. Cualquier transformación eléctrica se considera que es una reforma de importancia, así que tienes que pasar por la ITV para homologarlo. Lo más probable es que te pidan un proyecto técnico, un informe de conformidad, documentación de las piezas a homologar y fotos del antes y el después. Así que eso te va a costar un dinero extra, y no pienses en eludir el trámite, porque es obligatorio.
Eso sí, si ya tienes una moto con valor sentimental o simplemente funcional, electrificarla puede tener sentido. La conducción es más limpia, más barata (el kWh sigue siendo mucho más económico que el litro de gasolina), el mantenimiento se reduce al mínimo y, si tienes enchufe en casa, no necesitas puntos de carga.
Si tampoco te gusta el humo ni el ruido, puedes tener en el garaje una moto que aunque no parece nueva por fuera, sí lo es por dentro. Es cierto que si tienes una moto, seguramente te guste al sonido al arrancar o las vibraciones, pero convertirla en eléctrica hace que la conducción sea mucho más suave.
¿Los inconvenientes? Homologarla es un quebradero de cabeza si no lo has hecho nunca, y tampoco ayuda que el mercado de las motos eléctricas siga siendo marginal en España (apenas un 4% del parque móvil total). Pero si tienes una moto a la que le tienes cariño y no quieres tirarla a la basura por su motor de gasolina, este kit puede ser una buena opción para ti.