Max Verstappen no solo es el rey indiscutible de la Fórmula 1 en los últimos años, también es un apasionado de los coches de calle. Su garaje refleja a la perfección esa obsesión por la velocidad, el diseño y la tecnología. Cada vehículo que suma a su colección cuenta una historia distinta: desde regalos de marcas con las que ha trabajado, hasta rarezas de edición limitada que solo un puñado de personas en el mundo puede tener. Así lo atestigua este video en el que el propio Max da una vuelta a un afortunado con un Mustang GTD… y es que el vínculo de Ford con Red Bull no espera a 2026 y ya se hace notar.
La llegada de un nuevo coche siempre es noticia cuando se trata del piloto neerlandés. Y es que, más allá de su imagen de hombre frío y calculador al volante, Verstappen tiene un lado de coleccionista que cualquier amante del motor envidiaría. Sus elecciones no son casuales: cada modelo representa un momento de su carrera, un vínculo con una marca o una declaración de intenciones. Y lo mejor de todo es que su garaje sigue creciendo con piezas que parecen sacadas de un museo de superdeportivos.
4La pasión por el circuito: Ferrari 488 Pista y Porsche 911 GT3 RS

Más allá de los hypercars y ediciones limitadas, Verstappen también posee coches pensados para disfrutar del circuito. Uno de ellos es el Ferrari 488 Pista, la versión más radical del 488 GTB. Con 710 CV y un chasis preparado para las curvas más exigentes, este Ferrari está diseñado para sentir cada giro como si se tratara de una vuelta de clasificación.
En su garaje también hay espacio para un clásico moderno: el Porsche 911 GT3 RS. Este fue uno de sus primeros coches tras fichar por Red Bull, y a día de hoy sigue siendo una joya muy valorada. Con un motor bóxer de 4.0 litros y 493 CV, el 911 GT3 RS es sinónimo de precisión alemana. Es un coche que refleja otra faceta de Verstappen: la de un conductor que, aunque acostumbra a manejar la máxima tecnología en F1, disfruta de la pureza de un deportivo analógico.