Durante el primer semestre de 2025, España se ha convertido en el motor del crecimiento eléctrico europeo, tanto en matriculación de coches como en despliegue de infraestructuras de recarga. Pero, mientras en nuestro país, la movilidad eléctrica parece despertar en materia de adquisiciones, no lo ha hecho tanto en lo que respecta a la producción. De hecho, la fabricación de coches 100% eléctricos se ha desplomado un 20,6%, sumándose al 27,1% de caída registrado en 2024.
Son algunas de las conclusiones que recoge el V Informe sobre Movilidad Eléctrica de OBS Business School, que analiza las tendencias de venta del coche eléctrico, el estado de la producción, la insfraestructura de carga y los cambios normativos para la movilidad eléctrica durante el primer semestre de este año.

El estudio revela una realidad compleja para el coche eléctrico en España. Mientras los consumidores comienzan a abrazar la movilidad eléctrica, la industria nacional redirige su producción hacia híbridos no enchufables que, según las regulaciones europeas de Fit for 55, dejarán de poder matricularse en la UE en 2035. Una apuesta arriesgada considerando que más del 90% de las exportaciones españolas tienen como destino el mercado europeo. Actualmente, nuestro país se disputa con Brasil la 8ª posición en el ranking de productores mundiales.
Una realidad que se espera cambiará en 2026, cuando fábricas como la de Volkswagen en Navarra o la de Seat/Cupra en Barcelona comiencen a montar los modelos eléctricos que les ha adjudicado el consorcio alemán. De hecho, se invertirán unos 7.000 millones de euros en la producción de cuatro modelos: el Cupra Raval, el Volkswagen ID. Polo, el Skoda Epiq y el Volkswagen ID. Cross.
¿Qué ocurre con el coche eléctrico en Europa y en el mundo?

La movilidad eléctrica ha experimentado un crecimiento de doble dígito en el mundo este año (+29%) impulsada principalmente por el mercado chino (66% de las matriculaciones) y por Europa (22%). En el primer semestre de este año se vendieron más de 9 millones de coches y se prevé un crecimiento hasta los 20 millones a finales de año.
Por primera vez, de enero a junio, se matricularon en España más coches cien por cien eléctricos que diésel. Y los híbridos enchufables han seguido la tendencia de crecimiento observada en China y han adelantado al diésel, mientras que los híbridos no enchufables se han consolidado como la opción preferida de los compradores en España y fuera de aquí.
Esta transformación forma parte de un fenómeno global donde uno de cada cinco coches nuevos ya es eléctrico, con 58 millones de unidades circulando por todo el mundo y una cuota del 20%. El crecimiento del 29% en el sector está impulsado principalmente por China, que concentra el 66% de las matriculaciones mundiales, seguido por Europa con el 22%.
Otra de las realidades que constata el informe es que esa apuesta mayor por los modelos PHEV (híbridos enchufables), tanto en China como en la UE y España, puede responder a una estrategia de los fabricantes para evitar los aranceles a los que están sujetos los BEV (vehículos eléctricos).
El talón de Aquiles ed la infraestructura
En lo referente a los cargadores, España ha alcanzado los 47.519 puntos de recarga en el primer semestre, posicionándose como referencia mundial junto a Brasil. Sin embargo, detrás de estas cifras aparentemente positivas se esconde un problema sistémico que amenaza el crecimiento del sector: uno de cada cinco puntos públicos no funciona porque está pendiente de conexión a la red.
La burocracia española ha convertido lo que en otros países europeos se resuelve en meses, en procesos que pueden extenderse hasta tres años. Esta ineficiencia administrativa no solo genera frustración entre usuarios y empresas, sino que está costando al país más de 114 millones de euros en pérdidas y el incumplimiento sistemático de los objetivos establecidos, explica el informe, que ha dirigido la profesora y directora de Desarrollo de la plataforma Empresas por la Movilidad Sostenible May López.

El trabajo destaca que se debe garantizar el acceso a una carga pública eficiente, accesible físicamente y asequible, así como facilitar la información para que se democratice la movilidad eléctrica. Además, para May López, la infraestructura de recarga tiene que seguir evolucionando. Aunque España «tiene la mejor ratio de capacidad de carga por vehículo eléctrico de Europa con 5,7 KW/VE, debemos garantizar la accesibilidad a vehículos pesados». El problema es evidente: solo el 8% de la infraestructura nacional tiene la potencia adecuada para camiones eléctricos.
Emisiones y dependencia en materias primas
Por lo que respecta a las emisiones, España ha cumplido con los objetivos del PNIEC 2025 (Plan Nacional Integrado de Energía y Clima) y ha reducido sus emisiones totales de gases de efecto invernadero un 7,64% y las del transporte un 3%, aunque este sector continúa siendo el mayor emisor del país.
Por otro lado, el informe hace hincapié en un dato preocupante, la dependencia tecnológica de China. Mientras la Unión Europea produce apenas el 7% de las baterías mundiales, China controla el 90% del refinado de tierras raras y dos tercios del procesado de minerales críticos. Esta concentración de poder en las fases más estratégicas del sector está redefiniendo las reglas del juego global.