La iluminación exterior de un vehículo es un aspecto cada vez más importante en la industria. El esfuerzo que las grandes compañías han realizado para ofrecer mejoras en este ámbito ha sido enorme, fruto de la necesidad de ofrecer un resultado mejor y más seguro para los conductores. Los avances en otras industrias han sido determinantes, para que el mercado del automóvil se nutra de nuevas luces más duraderas y de consumo mínimo. En este escenario, LED y xenón son los modelos que han revolucionado el mercado y que jugarán un papel determinante durante la próxima década, especialmente la primera. Las diferencias entre ambos modelos son evidentes y es importante conocerlas para saber cómo afecta la iluminación de un coche a nuestra seguridad y la de terceros.
LED: más duración a bajo consumo
La tecnología LED está ganando popularidad en el ámbito automovilístico. Los LEDs son dispositivos semiconductores que emiten luz al recibir una corriente eléctrica. Cuando se agrupan, pueden proporcionar una iluminación casi tan intensa como la de los faros de xenón. Este tipo de iluminación genera luz blanca y ofrece una gran flexibilidad en el diseño de los faros. Las bombillas LED coche están ganando cada vez más popularidad en el mundo de la automoción gracias a su durabilidad. Los expertos de AUTODOC señalan: «Las bombillas LED coche están ganando cada vez más popularidad en el mundo de la automoción gracias a su durabilidad, pues tienen una vida útil superior a las 10.000 horas, junto con un consumo energético muy bajo.
Según la fuente recambioscoche.es, los faros delanteros suelen costar entre 82 y 129 euros, dependiendo del coche, la marca del producto y sus características. Ofrecen una visión perfecta para el conductor, pues el resultado que se alcance es muy similar al de la luz solar. Con esta condición, los viajes largos son mucho más llevaderos. El deslumbramiento a terceros es mínimo y apenas sufre las inclemencias externas como lluvia, nieve o hielo. El mantenimiento apenas requiere de cuidados.
Xenón: mejor iluminación y coste reducido
El sistema de iluminación por xenón es comparable a la tecnología de tubos fluorescentes adaptada a los vehículos. En lugar de un filamento, utiliza dos electrodos de tungsteno muy próximos entre sí, aunque sin llegar a tocarse. La corriente eléctrica pasa de un electrodo a otro, formando un arco eléctrico dentro de una ampolla llena de gas xenón y sales metálicas. La principal ventaja de los faros de xenón es que iluminan hasta tres veces más que los faros halógenos, utilizando solo la mitad de energía. También ofrecen una visibilidad excepcional, cubriendo toda la carretera y permitiendo distinguir objetos con mayor claridad, incluso a largas distancias, algo que se aprecia especialmente en la conducción nocturna.
El consumo es bajo, si bien la duración disminuye en comparación con las LED (2.500 horas). Otra desventaja es que su capacidad de deslumbramiento a terceros es alta, por lo que el conductor debe tener precaución cuando enciende las luces largas. La resistencia a condiciones extremas es media, lo que significa que la suciedad en los faros puede afectar a las luces. Su mantenimiento requiere de la revisión periódica de un profesional, que garantice su óptimo estado para que funcione correctamente, para la seguridad del conductor, pasajeros y del resto de vehículos.