El Real Automóvil Club de España acaba de publicar los datos de la última encuesta del «Observatorio RACE de conductores», un centro de estudios para testar y «conocer las opiniones, propuestas e inquietudes de los automovilistas» españoles, con la intención de proporcionar una visión clara de lo que opinan los conductores españoles acerca de distintos asuntos de interés relacionados con el automóvil y la movilidad.
Coches en propiedad, antiguos y desfasados
En esta nueva ocasión, el Observatorio RACE ha tratado de buscar la opinión que los conductores tienen en nuestro país sobre la fiscalidad que grava a los vehículos y usuarios y el gasto que el Gobierno dedica al sector del automóvil. Para ello ha elaborado una encuesta online durante la primera mitad del pasado mes de noviembre en la que ha recabado la opinión de más de 3.500 conductores, de los cuales el 93,8 por ciento utilizaban habitualmente un coche de su propiedad que utilizaban para ejecutar al menos dos actividades (de todo tipo en el 66,5 % por ciento de los casos) a diario, mayoritariamente para ir a trabajar (53,8 por ciento) y para ir a la compra (48,0 por ciento). El 63,6 por ciento dispone de coches de más de 6 años de antigüedad; porcentaje del cual el 25,5 % conduce vehículos de 11 a 15 años desde su matriculación y el 14,8 por ciento unidades con más de 15 años de uso.
Para el 95,4 por ciento de los automovilistas encuestados, disponer de un vehículo se ha encarecido notablemente durante el último año.El 62,3 por ciento considera que lo ha hecho mucho y el 33,1 por ciento que la subida de precios relacionada con la automoción en materia de combustibles, mantenimiento, etc se nota bastante en sus presupuestos. Tan sólo un 4,6 por ciento de la población considera que las subidas se notan poco (4,1 %) o nada (0,5 %).
El coche, un articulo cada vez más caro de usar
El 98,4 por ciento se queja del encarecimiento de los combustibles, el 36,1 por ciento del incremento de los costes del mantenimiento de su vehículo, el 25,1 por ciento del precio de los seguros, el 20,8 por ciento del de los recambios. Para el 6,2 por ciento, el impuesto de matriculación también se ha encarecido notablemente. Recordemos que tan sólo el 4,5 por ciento de los encuestados cuenta con un vehículo de menos de un año de antigüedad.
Para el 43,0 por ciento de los encuestados, estos encarecimientos vienen marcados por la actual política que se sigue para con el sector del automóvil. Las subidas de impuestos y las nuevas leyes y regulaciones que los políticos en general y el Gobierno en particular están aplicando con respecto al automóvil son los principales responsables de que el poder disfrutar de un vehículo particular se esté convirtiendo en todo un artículo de lujo debido a los elevados costes que ello tiene. Sólo el 26,2 por ciento de los encuestados piensa que estos encarecimientos vienen dados por el incremento de precios de las materias primas y el 21,8 por ciento que las subidas se deben a la actual crisis energética. Únicamente el 1,6 por ciento alude a la responsabilidad de las marcas fabricante por la subida de precios de sus modelos.
El 82,4 % no considera otra alternativa de movilidad
Ante esta situación, sólo el 16,5 por ciento de los conductores se verá obligado a utilizar menos su coche por no poder su economía soportar los incrementos de las distintas partidas que surgen al mover su coche. Para la gran mayoría, el 82,4 por ciento de los encuestados, no hay alternativa posible y tendrán que recortar gastos en otro lado, puesto seguirán utilizando su coche de igual manera dado que necesitan utilizarlo como medio de transporte que garantiza su movilidad. Sólo un 1,1 por ciento confirma que lo usará más de lo que venía haciéndolo hasta la fecha.
Lo que sí tienen claro la gran mayoría de los conductores (82,9 por ciento) es que los usuarios del automóvil pagan en impuestos bastante más de lo que reciben de vuelta. Para el 7,9 por ciento, las cantidades que el automóviles recibe via inversiones para facilitar el uso de su automóvil son justas, mientras que el 3,8 por ciento piensa que estas son claramente menores de las cantidades que realmente se precisan.
Sólo el 15,4% piensa comprar coche en 2022
Así las cosas, únicamente el 15,4 por ciento de los encuestados tiene pensado comprar un coche durante este próximo año 2022. El 27,4 por ciento probablemente no lo haga y el 57,3 por ciento tiene claro que no va a comprar un coche nuevo. El 46,1 por ciento está bien seguro de que no lo hará y el 11,2 por ciento podría cambiar de opinión en función de cómo evolucionen temas como la situación económica familiar (44,6 por ciento), de la situación económica general (32,9 %), de las restricciones e impuestos que se impongan a los vehículos con motores de combustión (29,6 por ciento) y de su situación laboral (17,2 por ciento), principalmente.
El Gobierno tiene ansia recaudatoria
El estudio del Observatorio del Automovilista elaborado por el RACE también recoge la opinión de los conductores sobre el uso que dan a las vias rápidas del país, cuyos peajes consideran mayoritariamente (85,6 por ciento) que obedecen a las ansias recaudatorias de la administración en lugar de a cualquier otra consideración, y cuyas partidas recaudadas se destinarán a nada que tenga que ver con la automoción (65,5 por ciento). Apenas un 25,5 por ciento todavía piensa que el Gobierno destinará lo recaudado a mejorar las infraestructuras existentes al servicio del automóvil o a crear nuevas instalaciones (opinión esta última que apenas manifiesta apenas el 1,5 por ciento de los encuestados).
Por tales razones, el 68,8 por ciento no está dispuesto a pagar por utilizar autopistas y autovíasen sus desplazamientos habituales. El 49,3 por ciento está dispuesto a buscar otras carreteras alternativas para hacerlo siempre que sea posible.Situación que para el 85,2 por ciento va a provocar un incremento de la accidentalidad en los próximos tiempos y para el 73,1 por ciento el de las pólizas de los seguros. El 52,4 por ciento piensa que durante el próximo año 2022 la situación económica va a empeorar claramente para España y algo más de 1 de cada tres encuestados (35,9 por ciento) piensa que su economía familiar también se va a ver claramente afectada.
