Hay dos tipos de conductores: los que le temen a una cuesta y los que ya tienen experiencia de sobra para enfrentarse a las más empinadas. Y si eres de los primeros, te contamos cuál es la que debes evitar, pero es que probablemente ni Google Maps te lleve por ella.
En redes sociales la han bautizado como la ‘cuesta infernal’, pues una conductora no ha conseguido enfrentarse a ella. Y no es una situación aislada, porque hay muchos conductores de vehículos manuales que le temen a este tipo de subidas. Y tú, ¿sabes los principales trucos para superarla sin que te tiemble el pie sobre el embrague?
La cuesta de la que huye hasta Google Maps
El vídeo en cuestión muestra a una conductora intentando subir una pendiente en Almáchar (Málaga). El problema es que se quedó atascada en mitad de la cuesta, que tenía una curva, y cada vez que intentaba levantar el pie del embrague, se le calaba y le tocaba volver a empezar.
Hay varias personas que contemplan la escena desde cerca y al final es otro conductor el que le echa una mano para subir esa cuesta con su coche, que en el final es mucho más empinada de lo que lo era en un principio. La han bautizado como ‘cuesta infernal’, y es que muchos temblarían si Google Maps les lleva por allí a su destino.
Cómo sobrevivir a una cuesta empinada
Quizá le temes desde la autoescuela o directamente nunca se te han dado demasiado bien las cuestas, aunque tengas bastante experiencia al volante. Sea como sea, hay varios trucos para ayudarte a subir una cuesta empinada, sobre todo si te tienes que enfrentar a diario al salir de garaje o te encuentras con alguna en la navegación de Google Maps.
El primer paso es dejar atrás los nervios y que no te afecten las miradas ajenas, porque siempre hay quien buscará juzgarte o reírse de que no seas capaz. Si vas a subir una cuesta muy empinada, lo ideal es iniciar la marcha con determinación y no dudes. Acelerar demasiado puede hacer que las ruedas patinen, pero hacerlo poco, que el coche se quede sin fuerza.
En coches manuales, lo correcto es utilizar una marcha corta (primera o segunda, dependiendo del desnivel) para tener el mayor par motor disponible. En automáticos, conviene utilizar el modo manual si lo tiene, o el modo ‘L’ o ‘Low’ si está disponible.
Si la pendiente es cuesta abajo, utiliza el freno motor. Esto significa bajar en una marcha corta, para que sea el propio motor quien retenga el vehículo. Así evitas sobrecalentar los frenos, un problema muy común cuando se abusa del pedal en pendientes largas. Si notas olor a quemado o que el freno pierde eficacia, detente cuanto antes.
Qué hacer si te quedas atascado en plena cuesta
Hay pocas situaciones que generen tanto estrés a los conductores que quedarse parados en mitad de una cuesta bastante pronunciada. En una subida, si el coche se cala o no avanza, el truco está en controlar bien el embrague y el freno de mano. Con el freno de mano echado, suelta el embrague hasta que notes el punto de fricción, suelta el freno poco a poco y acelera con suavidad. Esta técnica te ayudará a evitar que el coche se vaya hacia atrás.
De todas formas, los vehículos más modernos tienen un asistente de arranque en pendiente. Es un sistema que mantiene el freno durante unos segundos mientras sueltas el embrague, así que puedes arrancar con mayor seguridad. Si no lo tiene y no consigues salir de la cuesta, lo mejor que puedes hacer es pedir ayuda, porque podrías dañar el motor o el embrague.
