El 28 de abril de 1975 será recordado en Porsche. Un 917 absolutamente único abandonaba el centro de desarrollo de Weissach. Y era único porque su destino no era un circuito, como todos sus predecesores, sino algo mucho más increíble: las carreteras públicas. Era el pimer Porsche 917-y el último- que estaba homologado para circular en carreteras abiertas.
Un proyecto audaz nacido de la pasión de un propietario privado y la determinación de un pequeño equipo de Porsche. La historia de este coche habla de la visión de futuro y la capacidad de innovación de Porsche. No se trataba simplemente de adaptar un coche de carreras para su uso en carretera, sino de redefinir los límites de lo posible y demostrar que la pasión y la ingeniería pueden superar cualquier obstáculo.
El protagonista de esta historia es el chasis 917 número 30, un coche que había competido en las carreras de resistencia a principios de la década de 1970. Su propietario, el empresario italiano y heredero de Martini, Gregorio Rossi di Montelera, más conocido como el «Conde Rossi», era un apasionado de los coches, las carreras de lanchas motoras y el bobsleigh. Su deseo era claro: tener un Porsche 917 que pudiera conducir por las calles.
Modificado al antojo del Conde Rossi
El Conde Rossi, que además de visión, pasión y un gusto exquisito, tenía una cartera saneada se propuso transformar este coche de carreras en una joya apta para circular por las carreteras.
Para hacer realidad el sueño del Conde Rossi, el Porsche 917 fue sometido a una serie de modificaciones. Algunas eran obligatorias por ley, mientras que otras respondían a los deseos del propietario. El coche, que estaba pintado en el característico Martini Silver, recibió silenciadores de escape rudimentarios, retrovisores adicionales, intermitentes laterales e incluso un claxon. La obligatoria rueda de repuesto se alojaba bajo la cubierta trasera.
En el interior, se hicieron pequeñas concesiones al confort. Los dos asientos (era un requisito para los coches de carreras de resistencia de la época) se tapizaron en cuero color canela (encargado a Hermès) con superficies de gamuza a juego para el revestimiento del techo, las puertas y el salpicadero. La palanca de cambios conservaba el mismo acabado de madera que los coches de carreras, e incluso mantenía la misma llave ligera perforada. Originalmente, el coche llevaba una matrícula de Alabama obtenida por el Conde Rossi.
Hoy en día, el Porsche 917 del Conde Rossi sigue siendo disfrutado por su actual propietario en las carreteras del sur de Francia, donde reside. Aunque ahora está matriculado en el Reino Unido. Y este coche ha sido sometido a una una reciente restauración (que ha preservado su pintura e interior originales). Con ello este coche único -en el sentido más literal de la palabra-, para seguir sorprendiendo a otros usuarios de la carretera durante el próximo medio siglo.
El coche de las primeras victorias de Porsche en Le Mans
El Porsche 917 es uno de los grandes mitos producidos por el fabricante alemán. Porsche AG lo produjo entre 1969 y 1970. Con él, la marca logró sus primeras victorias en las 24 Horas de Le Mans en las ediciones de 1970 y 1971. Un coche con una configuración mecánica a la altura: contaba con un motor V12 a 180° Tipo 912 de 4.494 c.c., 4.907 c.c. o 4.998 c.c.. La versión con cola extendida era capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 2,5 segundos y podía alcanzar una velocidad máxima superior a los 396 km/h.
Eso es lo que se podía disfrutar, por carreteras abiertas, en este ejemplar único de uno de los modelos más legendarios de la firma alemana de deportivos.
Imágenes Porsche 917 de calle
Fotos: Porsche