La convivencia en una comunidad de vecinos no siempre es sencilla, sobre todo en zonas como el garaje. En él coinciden decenas de vehículos, distintos intereses y, en ocasiones, se producen conflictos por su uso. Para evitar malentendidos, la Ley de Propiedad Horizontal establece con claridad qué puede y qué no puede hacer cada propietario.
Tener una plaza de garaje en propiedad dentro de una comunidad no es solo disponer de un espacio para estacionar el vehículo. También implica contar con una serie de derechos que garantizan su uso y la participación en las decisiones y la gestión de los elementos comunes. Conocerlos es clave para disfrutar con tranquilidad de tu plaza y, al mismo tiempo, defender tu patrimonio.
3Derecho a vender o alquilar tu plaza

La plaza de garaje es una propiedad privada y, como tal, puedes venderla o alquilarla libremente. Puedes transmitirla a un tercero sin necesidad de autorización de la junta de vecinos. Esta es una de las ventajas más claras de ser propietario, ya que convierte tu plaza en un activo que puedes rentabilizar en cualquier momento.
La única excepción se da si los estatutos de la comunidad establecen limitaciones o prohibiciones expresas sobre esta posibilidad. Por ejemplo, en algunas comunidades restringen la venta a personas ajenas al edificio para evitar problemas de seguridad. En casos así, conviene revisar los estatutos antes de tomar la decisión de vender o alquilar tu propiedad.