La convivencia en una comunidad de vecinos no siempre es sencilla, sobre todo en zonas como el garaje. En él coinciden decenas de vehículos, distintos intereses y, en ocasiones, se producen conflictos por su uso. Para evitar malentendidos, la Ley de Propiedad Horizontal establece con claridad qué puede y qué no puede hacer cada propietario.
Tener una plaza de garaje en propiedad dentro de una comunidad no es solo disponer de un espacio para estacionar el vehículo. También implica contar con una serie de derechos que garantizan su uso y la participación en las decisiones y la gestión de los elementos comunes. Conocerlos es clave para disfrutar con tranquilidad de tu plaza y, al mismo tiempo, defender tu patrimonio.
2Derecho a usar y disfrutar tu zona de aparcamiento

El primero de los derechos reconocidos por la ley es el más básico: utilizar la plaza de garaje para el fin previsto de aparcar vehículos. Parece obvio, pero no lo es tanto cuando surgen disputas por usos indebidos, como almacenar muebles, trasteros improvisados o incluso realizar reparaciones mecánicas generando molestias.
Además de estacionar, este derecho incluye el uso de los elementos comunes necesarios para acceder: rampas, pasillos, ascensores o la puerta automática. Eso sí, el uso debe ser siempre responsable y respetuoso, evitando bloquear accesos, invadir plazas ajenas o incumplir las normas acordadas por la comunidad.