La convivencia en una comunidad de vecinos no siempre es sencilla, sobre todo en zonas como el garaje. En él coinciden decenas de vehículos, distintos intereses y, en ocasiones, se producen conflictos por su uso. Para evitar malentendidos, la Ley de Propiedad Horizontal establece con claridad qué puede y qué no puede hacer cada propietario.
Tener una plaza de garaje en propiedad dentro de una comunidad no es solo disponer de un espacio para estacionar el vehículo. También implica contar con una serie de derechos que garantizan su uso y la participación en las decisiones y la gestión de los elementos comunes. Conocerlos es clave para disfrutar con tranquilidad de tu plaza y, al mismo tiempo, defender tu patrimonio.
1La Ley de Propiedad Horizontal y tu garaje

La Ley de Propiedad Horizontal (LPH) es la normativa que regula cómo deben organizarse los edificios divididos en viviendas, locales y garajes. Se aplica a millones de comunidades de España y define tanto las obligaciones como los derechos de los vecinos. En el caso de las plazas de garaje, la ley las considera elementos privativos: es decir, de uso y disfrute exclusivo de su propietario.
Sin embargo, aunque la plaza sea un bien privado, el garaje forma parte de un conjunto más amplio que cuenta con zonas comunes como rampas, pasillos o puertas automáticas. Los propietarios deben respetar las reglas comunitarias, aunque igualmente cuentan con garantías legales que protegen su propiedad frente a posibles abusos.