La historia de la tarjeta manos libres de Renault se remonta al año 2001, cuando Bernard Dumondel, Jefe de Producto, se encontraba alojado en un hotel de Luxemburgo. Al utilizar la llave de su habitación (una tarjeta magnética), se le ocurrió la siguiente pregunta: ¿por qué no sustituir la llave del coche por una tarjeta sin contacto? Tras presentar su idea como prototipo, se adoptó el proyecto y así nació esta innovación que se ha convertido en un equipamiento de serie muy común en la actualidad.
Ese mismo año se comenzó a comercializar la segunda generación del Renault Laguna, que se convirtió en el primer coche de un constructor generalista equipado con una tarjeta de manos libres. En los años siguientes, esta novedad llegó al Espace y Vel Satis para, posteriormente, extenderse al resto de la gama con Clio, Mégane y Scénic.
¿Cómo funciona?
Al acercarse al vehículo, los receptores y emisores del coche detectan la tarjeta, que emite una señal de radio con un código de acceso. Si el coche reconoce el código, se desbloquean las cerraduras. Esta operación no dura más de 80 milisegundos. Cuando quien lleva la tarjeta sale del vehículo, un calculador se comunica con la tarjeta a intervalos regulares para saber si sigue cerca. Cuando deja de responder la tarjeta, el calculador ordena bloquear las puertas.
Esta tarjeta, que no ha parado de evolucionar, entrará en otro nivel en 2022 con el nuevo Megane E-Tech 100% eléctrico. Gracias a unas antenas más eficaces, se detecta al portador de la tarjeta esté donde esté, a 360 grados alrededor del vehículo. La secuencia de bienvenida le acompaña a medida que se acerca, mientras que despliegan los tiradores enrasados de las puertas, ocultos en la carrocería, y se desbloquea la tapa de carga de forma automática.
