A veces lo barato sale caro… sobre todo con la Guardia Civil. Y en carretera, mucho más. Lo que parecía un gesto insignificante —lanzar un objeto por la ventanilla— acabó convirtiéndose en una sanción de 500 euros, un vídeo viral y un debate social encendido. Un pasajero, que en su intento por deshacerse de una colilla creyó que “no pasaba nada”, no solo se topó con la multa más cara de su vida, sino que su caso se convirtió en un ejemplo perfecto de cómo una acción mínima puede desencadenar un efecto desproporcionado a los ojos de la opinión pública.
El vídeo, subido a Instagram, acumuló en pocas horas miles de comentarios, compartidos y reacciones. La Guardia Civil, que no tardó en pronunciarse, recordó que los pasajeros también están sujetos a las normas de tráfico y que tirar cualquier objeto por la ventanilla no es un “despiste menor”, sino un acto que puede provocar accidentes o incluso incendios en carretera. Y aquí empezó la tormenta: ¿es justo que un pasajero reciba una sanción tan alta? ¿Hasta qué punto estas multas buscan educar o simplemente recaudar?
3Redes sociales que magnifican el debate

El hecho de que el propio afectado compartiera el vídeo de la sanción en Instagram desencadenó una auténtica tormenta digital. En cuestión de horas, se abrió un debate nacional: ¿es justa una sanción de 500 euros por un gesto así? Algunos usuarios tacharon la multa de “desproporcionada”, mientras otros aplaudieron la decisión como una medida ejemplarizante.
La viralización también evidenció otro fenómeno: muchos ciudadanos desconocen que los pasajeros pueden ser multados de manera individual. Para la Guardia Civil, la polémica se transformó en una oportunidad de concienciación. A través de sus perfiles oficiales, publicaron recordatorios sobre las infracciones más comunes cometidas por acompañantes y sus respectivas sanciones. Y el mensaje caló: “no solo es el conductor, todos tenemos responsabilidad en la carretera”.