Rafael Nadal no solo ha dejado huella en las pistas de tenis con su talento y perseverancia, también ha sabido cultivar una de sus grandes pasiones fuera del deporte: los coches. Aunque es ampliamente conocido como embajador de Kia desde hace años, y ha promocionado diversos modelos de la marca coreana, lo cierto es que su garaje personal está lleno de auténticas joyas del motor que van mucho más allá de esa colaboración comercial.
Su gusto por los coches de alto rendimiento y diseño sofisticado queda claro al repasar su colección privada. Desde deportivos italianos hasta elegantes británicos y potentes modelos alemanes, Nadal demuestra tener un gusto exquisito y un interés genuino por la automoción. No se trata simplemente de adquirir vehículos caros, sino de seleccionar modelos que combinan historia, tecnología y emoción al volante.
4Mercedes SLK: el coche que marcó un antes y un después

Hay coches que, aunque no sean los más potentes ni los más caros, ocupan un lugar especial por lo que representan. Ese es el caso del Mercedes SLK en la colección de Nadal. Este modelo fue el primero que recibió como premio en un torneo, concretamente en 2005, también en Stuttgart. Por entonces, Nadal todavía no tenía carné de conducir, pero el coche se convirtió en una especie de trofeo tangible de su éxito en el tenis.
El SLK es un roadster compacto con techo duro retráctil, ideal para disfrutar del buen clima de Mallorca. Aunque no destaca por cifras de aceleración o velocidad, sí lo hace por su diseño elegante y su enfoque lúdico. Para Nadal, representa el punto de partida de su pasión por los coches, una afición que con los años se ha convertido en toda una colección de ensueño.