Vas por la autopista con la familia con ganas de playa, el equipaje en el maletero… y de repente, tu coche se para. Calor, asfalto ardiendo, y un «¿por qué?» retumbando en tu cabeza. Las averías son comunes en verano. Hasta los más famosos pronosticadores del tiempo, como Jorge Rey y sus cabañuelas, lo saben: tu coche tiene la fecha de caducidad marcada. Y tú sin enterarte.
A más calor, más probabilidad de tener un percance. Según datos de Autoclub Mutua, el mayor club de automovilistas de España, en la última década, las asistencias en carretera se han duplicado durante los meses estivales. No es mala suerte: las altas temperaturas, las largas distancias y el envejecimiento del parque móvil forman un cóctel explosivo para tu coche.
6El calor no perdona

Las temperaturas extremas parecen haber llegado para quedarse, y eso tiene consecuencias graves en tu coche. Por eso, más allá de consultar la previsión de Jorge Rey o mirar si va a llover, conviene que eches un ojo bajo el capó. Tu coche te da señales; y en época de calor, hay que estar más atentos a ellas que nunca.
Si tienes pensado irte de vacaciones, asegúrate de que tu vehículo está listo para la batalla. Porque, a este paso, hasta las cabañuelas van a acertar el día exacto en que el motor de tu coche dirá basta. Y entonces ya será tarde para culpar al calor.