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lunes, 29 septiembre 2025

Ingeniero estadounidense sorprendido: las carreteras de España no se parecen a las de EE.UU., son «como un Fórmula 1»

Las carreteras de Estados Unidos son larguísimas autopistas sin curvas ni pendientes, un buen shock cultural en comparación con las necesidades de la orografía española.

Cada país tiene sus propias costumbres, historia, tradiciones… y también carreteras. Y si no, que se lo digan a un ingeniero estadounidense que se ha llevado un buen shock cultural al circular por las vías españolas.

Las redes sociales están llenas de vídeos sobre estos choques culturales. Es decir, personas que muestran las grandes diferencias y maneras de hacer las cosas en distintos países. Y entre Estados Unidos y España, el shock es bastante grande.

También en las carreteras, porque Travis Smith ha compartido en redes sociales su sorpresa al circular por las vías españolas. Acostumbrado a rectas infinitas, no puede evitar que le sorprendan las curvas que tenemos en España, sobre todo en carreteras secundarias o tramos rurales. Tanto es así que después de circular por las highways norteamericanas se siente el mismísimo Lewis Hamilton en España.

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El shock cultural con las carreteras españolas

Las autovías y autopistas españolas, salvando mucho las distancias, sí que se pueden parecer un poco más a las carreteras de Texas o Nueva. York. Pero Travis Smith, que habitualmente comparte vídeos sobre las diferencias entre los dos países, no puede evitar sorprenderse.

«Cuando viajas en Estados Unidos, las carreteras son rectas con muchos baches, pero rectas. Aquí en España hay muchas curvas y me siento como un piloto de Fórmula 1, como Lewis Hamilton«, argumenta.

Una de las razones que lo explican es la geografía de los dos países. Estados Unidos tiene miles de kilómetros de llanuras, sobre todo en el centro, así que es fácil construir autopistas kilométricas sin curvas ni pendientes. De hecho, algunos pilotos bromean con que podrían aterrizar un avión en mitad de la autopista.

España es totalmente diferente. Tenemos una orografía muy irregular, con muchas montañas, cordilleras, valles y ríos que lógicamente obligan a los ingenieros a diseñar carreteras con muchas curvas, viaductos y túneles. Incluso en autovías y autopistas estamos acostumbrados a que haya curvas y fuertes pendientes.

Por tanto, es normal que Travis se sienta un auténtico piloto de Fórmula 1 al pasar de un extremo a otro. Porque si creemos que una carretera con tantas curvas es peligrosa, lo es todavía más una autopista recta durante cientos de kilómetros, sin aparentes distracciones ni complicaciones. Y es aquí donde se producen más accidentes.

Conducir en España, ¿mejor o peor?

Carretera futurista
Fuente: propia / IA

La red de carreteras españolas tiene fama de ser una de las mejores de Europa, tanto por la calidad de la construcción como por su extensión. Es cierto que ahora mismo, y según los últimos datos de la Asociación Española de Carretera (AEC), el 52% de las vías españolas tienen firmes con deficiencias graves o muy graves y hasta 34.000 kilómetros necesitan una intervención urgente.

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Al margen de este problema, que se debe a la falta de mantenimiento, la red viaria española conecta muy bien la mayoría de lugares de España. Después de China y Estados Unidos, somos el tercer país del mundo con más kilómetros de autovías (casi 9.000).

Pero irremediablemente nuestra geografía nos obliga a tener carreteras secundarias y con muchas curvas, como las que Smith enseña en su vídeo. Perfectamente podríamos estar hablando de la TF-21 en Tenerife, que sube hacia el Parque Nacional del Teide, la ruta de los lagos de Covadonga en Asturias o la M-501 madrileña, también conocida como la carretera de los pantanos.

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Las carreteras con curvas tienen sus particularidades, pero las largas rectas tampoco se quedan atrás. Las primeras, que suelen ser de doble sentido, obligan a mantener la concentración, a respetar aún más si cabe la velocidad máxima y a circular con precaución, porque no suele haber margen de error.

En cambio, la DGT ha demostrado que hay más riesgo de sufrir un accidente en una recta que en una curva. El motivo es sencillo, y es que son tramos aparentemente sencillos y sin mucha dificultad que nos llevan a despistarnos, a saltarnos los límites de velocidad e incluso aparece la tentación de coger el móvil.

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