Un coche no deja de ser una máquina sometida a esfuerzos constantes: arranques en frío, atascos interminables, altas temperaturas en verano, lluvias en invierno y miles de kilómetros que se acumulan cada año. Todo ello pasa factura y, si no se toman medidas preventivas, las averías llegarán antes de lo que imaginas. Muchas veces los conductores ven el taller como un gasto, pero en realidad el mantenimiento regular es la mejor inversión para alargar la vida del vehículo y evitar facturas astronómicas.
La buena noticia es que mantener tu coche en forma no requiere conocimientos de mecánica avanzada ni gastar una fortuna. Existen cinco cuidados esenciales que cualquier conductor puede realizar o, al menos, comprobar periódicamente. Con ellos no solo evitarás una avería costosa, sino que también disfrutarás de un coche más eficiente, seguro y fiable, capaz de acompañarte durante muchos años como si fuese indestructible.
4Refrigeración y batería: los olvidados que más fallan
Dos de los elementos más descuidados son el sistema de refrigeración y la batería. Ambos suelen dar la cara en el peor momento: cuando más calor hace o cuando tienes prisa por arrancar. El circuito de refrigeración mantiene el motor a la temperatura adecuada. El nivel de líquido refrigerante debe revisarse regularmente y sustituirse según indique el fabricante (normalmente entre 2 y 5 años). Circular con un radiador obstruido o un termostato defectuoso puede causar un sobrecalentamiento y, en consecuencia, una rotura de culata o motor.
La batería, por su parte, tiene una vida útil media de 4 a 5 años. Revisar el estado de los bornes, evitar descargas profundas y sustituirla a tiempo son gestos simples que evitan quedarte tirado en el peor momento. La OCU recuerda que la mayoría de asistencias en carretera en invierno están relacionadas precisamente con fallos en la batería.








