Un coche no deja de ser una máquina sometida a esfuerzos constantes: arranques en frío, atascos interminables, altas temperaturas en verano, lluvias en invierno y miles de kilómetros que se acumulan cada año. Todo ello pasa factura y, si no se toman medidas preventivas, las averías llegarán antes de lo que imaginas. Muchas veces los conductores ven el taller como un gasto, pero en realidad el mantenimiento regular es la mejor inversión para alargar la vida del vehículo y evitar facturas astronómicas.
La buena noticia es que mantener tu coche en forma no requiere conocimientos de mecánica avanzada ni gastar una fortuna. Existen cinco cuidados esenciales que cualquier conductor puede realizar o, al menos, comprobar periódicamente. Con ellos no solo evitarás una avería costosa, sino que también disfrutarás de un coche más eficiente, seguro y fiable, capaz de acompañarte durante muchos años como si fuese indestructible.
3Sistema de frenos: el triángulo de la seguridad
De nada sirve tener un motor potente si los frenos no responden cuando lo necesitas. Este sistema forma parte del llamado triángulo de seguridad junto con neumáticos y amortiguadores. El líquido de frenos, por ejemplo, debe cambiarse cada dos años porque absorbe humedad con el tiempo, lo que reduce su eficacia en frenadas de emergencia.
Las pastillas y discos también deben revisarse periódicamente. Si escuchas chirridos, notas vibraciones o el coche tarda más en detenerse, es hora de acudir al taller. Ignorar estas señales puede derivar en un fallo crítico, y además el coste de reparar discos dañados es mucho mayor que el de sustituir unas simples pastillas a tiempo. Un buen mantenimiento de frenos no solo alarga la vida del coche, también puede salvar la tuya.
