Un coche no deja de ser una máquina sometida a esfuerzos constantes: arranques en frío, atascos interminables, altas temperaturas en verano, lluvias en invierno y miles de kilómetros que se acumulan cada año. Todo ello pasa factura y, si no se toman medidas preventivas, las averías llegarán antes de lo que imaginas. Muchas veces los conductores ven el taller como un gasto, pero en realidad el mantenimiento regular es la mejor inversión para alargar la vida del vehículo y evitar facturas astronómicas.
La buena noticia es que mantener tu coche en forma no requiere conocimientos de mecánica avanzada ni gastar una fortuna. Existen cinco cuidados esenciales que cualquier conductor puede realizar o, al menos, comprobar periódicamente. Con ellos no solo evitarás una avería costosa, sino que también disfrutarás de un coche más eficiente, seguro y fiable, capaz de acompañarte durante muchos años como si fuese indestructible.
2Neumáticos en buen estado: seguridad y eficiencia
Los neumáticos son el único punto de contacto entre tu coche y la carretera. Un desgaste irregular, una presión inadecuada o un dibujo demasiado bajo convierten cualquier viaje en una lotería. La ley exige un mínimo de 1,6 mm de profundidad, pero los expertos recomiendan cambiarlos cuando bajan de 3 mm para garantizar el agarre en lluvia.
Revisar la presión cada dos o tres semanas es otro hábito imprescindible. Una presión baja aumenta el consumo y desgasta antes la goma, mientras que una excesiva reduce el agarre y compromete la seguridad. Mantenerlos en buen estado no solo previene accidentes, sino que también prolonga la vida de los amortiguadores, la dirección y los frenos. Un mantenimiento sencillo y económico que multiplica la seguridad al volante.








