Un coche no deja de ser una máquina sometida a esfuerzos constantes: arranques en frío, atascos interminables, altas temperaturas en verano, lluvias en invierno y miles de kilómetros que se acumulan cada año. Todo ello pasa factura y, si no se toman medidas preventivas, las averías llegarán antes de lo que imaginas. Muchas veces los conductores ven el taller como un gasto, pero en realidad el mantenimiento regular es la mejor inversión para alargar la vida del vehículo y evitar facturas astronómicas.
La buena noticia es que mantener tu coche en forma no requiere conocimientos de mecánica avanzada ni gastar una fortuna. Existen cinco cuidados esenciales que cualquier conductor puede realizar o, al menos, comprobar periódicamente. Con ellos no solo evitarás una avería costosa, sino que también disfrutarás de un coche más eficiente, seguro y fiable, capaz de acompañarte durante muchos años como si fuese indestructible.
1Cambio de aceite y filtros: el corazón del coche
El aceite es la sangre del motor, y sin un lubricante en buen estado, la fricción entre las piezas metálicas lo destruirá en poco tiempo. Según los expertos, el aceite debe revisarse cada 10.000 a 15.000 kilómetros o una vez al año, dependiendo del uso y del tipo de lubricante. Ignorar este mantenimiento puede provocar desgaste prematuro, pérdida de potencia y, en casos extremos, una avería de motor que supera fácilmente los 4.000 euros.
Junto al aceite, el cambio de filtros es fundamental. El filtro de aceite evita que las impurezas circulen por el motor, el de aire asegura la combustión correcta, el de combustible protege los inyectores y el de habitáculo mantiene limpio el aire que respiras. Cambiarlos a tiempo mejora el rendimiento y reduce el consumo. Puede parecer rutinario, pero este simple hábito es la base de un coche indestructible.








