Desde el momento en que cruzas la entrada a Cars Land en Disney California Adventure, te sumerges en el vibrante y colorido mundo de Radiator Springs, la ciudad ficticia que se robó los corazones de los espectadores en la película «Cars» de 2006. Pero dentro de esta recreación tan fiel, hay una atracción que sobresale: la montaña rusa Radiator Springs Racers, una obra maestra que combina la emoción de una carrera a alta velocidad con la magia de Disney y el encanto de la Ruta 66.
Es una experiencia envolvente que va más allá de cualquier parque temático tradicional. Con una extensión de 12 acres, este terreno temático recrea cada detalle de esta ciudad de la película animada, desde el icónico Cozy Cone Motel hasta Flo’s V8 Café. Al entrar, los visitantes son recibidos por una vista impresionante: la Cadillac Range, una montaña artificial de 125 pies de altura que rodea la zona y crea una atmósfera completamente inmersiva.
Así es la montaña rusa inspirada en Cars
Radiator Springs Racers no es solo una montaña rusa, sino una aventura narrativa que lleva a los visitantes a través de una serie de escenarios inspirados en la película. La atracción combina lo mejor de dos mundos: una emocionante carrera al aire libre y una detallada atracción oscura. Los visitantes suben a un automóvil deportivo convertible y recorren las calles de Radiator Springs, interactuando con personajes como Lightning McQueen, Mater y Sally.
El recorrido culmina en una emocionante carrera en paralelo a alta velocidad contra otro coche, lo que convierte a esta montaña rusa en una de las experiencias más emocionantes del parque. La tecnología y el diseño de la atracción son tan avanzados que, al final, no importa si ganas o pierdes la carrera; la emoción del viaje es lo que realmente cuenta.
Un Viaje a Través de Radiator Springs
Antes de llegar al clímax de la carrera, los visitantes son llevados a través de una serie de escenas que capturan la esencia de Radiator Springs. Desde la tienda de pintura de Ramone hasta la gasolinera de Fillmore, cada detalle está diseñado para transportar a los visitantes directamente al mundo de «Cars». Los efectos especiales, la animación y el diseño son tan realistas que por un momento te olvidas de que estás en un parque temático.
Uno de los aspectos más destacados de Cars Land es cómo logra capturar la estética de la Ruta 66 y el desierto americano. La iluminación de neón que adorna las calles cobran vida al anochecer, creando un ambiente nostálgico que recuerda a los días dorados de los viajes por carretera. Cada rincón está diseñado para que te sientas como si hubieras sido transportado a la película, desde las tapas de alcantarilla con el emblema del lugar hasta el sonido de los coches pasando a toda velocidad.
