El pasado lunes 21 de septiembre se me encargó un trabajo para la web con el que he estado soñando toda mi vida. Se trata de realizarle a un vehículo una prueba de larga duración en la que comprobaremos de primera mano la fiabilidad de dicho turismo realizando para ello 25.000 kilómetros en el tiempo en el que un conductor normal solo haría cuatro o cinco mil kilómetros. El protagonista de esta prueba, como bien habéis podido leer en el título, se trata del nuevo Hyundai Tucson 2.0 CRDi 136 CV. Pese a que este motor está disponible con tracción 4×4, el modelo que tenemos entre manos es solo 4×2, pero este dato no le quita ningún aliciente. De hecho la gran mayoría de compradores se inclinará por este tipo de tracción.
Pero no me quiero adelantar al primer análisis de los 10 más o menos que vamos a realizar durante esta aventura. El objetivo lo tenemos claro: recorrer en dos meses los kilómetros que un usuario normal tardaría en hacer casi dos años y exponeros tanto las impresiones de conducción como conocer si el desgaste de sus piezas es el correcto. Este tipo de reportajes han colocado históricamente a Motor 16 entre las revistas de referencia a nivel europeo por su rigor y profesionalidad, así que espero estar a la altura en todo momento y transmitir todo con mucha claridad.
Primeras sensaciones con el coche
Mi primera impresión al ver el coche es la de estar ante un vehículo que desprende mucho estilo con un diseño muy refinado, buscando diferenciarse del resto de vehículos SUV que ya hay por las carreteras españolas. Exteriormente se le ve grande, con unos pasos de rueda bien marcados y una zaga elevada con una bonita doble salida de escape.
Al entrar en el interior mis sensaciones se confirman. El coche es grande, tanto por dentro como por fuera y la calidad percibida a simple vista parece excelente. Los asientos me llaman la atención al ser extremadamente cómodos sin resultar excesivamente blandos. La sujeción lateral de éstos también me parece excelente, puesto que en todo momento el asiento da la sensación de que te quiere abrazar para realizar viajes en carretera… y como de eso va a tratar el asunto que tenemos entre manos pues mejor que mejor.
La posición de todos los indicadores y sistemas de ayuda e infoentretenimiento se encuentran perfectamente situados. El volante, el cuadro de instrumentos, el navegador… todo está colocado en su sitio y permite, al menos en un primer vistazo como os estoy explicando aquí, que todo tenga un propósito. Este propósito no es otro que el de ayudar al conductor en todo momento a mantenerle informado de la situación del vehículo.
Podemos decir que lo que tuve con este nuevo Hyundai Tucson fue un flechazo instantáneo, o lo que algunos llaman amor a primera vista.
Inspecciones técnicas antes de nada
Pero como de primeras sensaciones no va el asunto, comenzaré a explicaros mis intenciones con él. La idea básica de esta serie de reportajes es la de recorrer 25.000 kilómetros con el coche y comprobar cuán de buena es su fiabilidad y si el respetable está seguro al optar por un Hyundai Tucson como primera opción a la hora de comprar un vehículo. Para ello me he propuesto realizar una serie de viajes que recorrerán toda la península ibérica probando diferentes modos de conducción y realizando todo tipo de recorridos que un usuario medio realizaría con el coche.
Como es habitual en este tipo de pruebas el coche sometido al duro test comienza su actuación pasando antes por una serie de comprobaciones, cuyos resultados con el tiempo y el paso de los kilómetros irán cambiando para que al final averigüemos si todo ha transcurrido conforme a lo esperado. En este caso nuestro protagonista pasa por la ITV que Ángel Nieto tiene en el barrio de Vallecas en Madrid donde se le realiza un control completo de gases, frenado, luces… y todas las pruebas que intenta superar cualquiera de los modelos que pasa por una Inspección Técnica de Vehículos. Una vez pasada esta primera prueba y tras realizarle diferentes comprobaciones con nuestro famoso Correvit (un sistema de medición vía GPS de los más modernos y completos que existen en el mercado), el coche se somete a un banco de potencia donde comprobamos que su motor rinde algún caballo por encima de la potencia anunciada y homologada por el fabricante. Tras terminar las comprobaciones previas, ya estamos listos para asaltar nuestras carreteras y devorar kilómetros en busca de fiabilidad.
Comenzamos la aventura
Una vez que el coche tiene todos los papeles en orden, comienzo a hacer kilómetros camino de Salamanca, mi primera parada en este viaje por la geografía ibérica. Los primeros compases del recorrido con el que será nuestro compañero de viaje durante los próximos dos meses transcurren de forma tranquila. Sorprende y mucho lo fácil que resulta de conducir este motor de 136 CV y seis velocidades manual. Con un escalonamiento de marchas muy acertado, la potencia es notable desde un rango de revoluciones muy bajo. Así que el coche se desenvuelve con soltura tanto en los primeros kilómetros realizados en zonas urbanas hasta la salida a zonas abiertas de carretera.
Sus consumos también son muy bajos en esta nueva generación del ya conocido 2.0 litros CRDi. En un primer momento y mientras salíamos del tráfico de la ciudad el consumo medio se situó en 6,8 litros. Después, en la zona de más exigencia como es el puerto de Guadarrama el consumo subió hasta 8 litros, debido en parte por la conducción alegre a la que invita en todo momento su motor pero sin rebasar el límite de velocidad establecido por la ley. El resto del camino ha transcurrido por carretera y su consumo bajó hasta los 6 litros exactos. No obstante, estas mediciones de consumos se las realicé con el control de crucero activado del que dispone esta versión. Es posible que estas primeras mediciones puedan bajarse más adelante con una conducción manual.
Otro de los recorridos realizados por la península ibérica me llevó hasta Zaragoza. Aquí pude comprobar que las buenas sensaciones que me dejó el primer viaje no estaban infundadas por ese «flechazo» que tuve. El coche está muy bien hecho y muestra objetiva es su excelente interior. En esta ocasión el asiento del acompañante estuvo ocupado por un buen amigo y las sensaciones fueron las mismas, incluso sin haber hablado previamente del vehículo. Así lo primero que le llamó la atención a mi compañero de viaje fue el buen agarre que tienen los asientos así como su tacto, pese a ser acabados en tela (y no los de cuero que trae en opción).
Además de unos asientos bien diseñados ergonómicamente, nuestra unidad de pruebas dispone de un completísimo interior: Climatizador Bi-zona, techo panorámico eléctrico con apertura, sistema de infoentretenimiento con navegador, lector de USB, dos tomas de corriente, conexión bluetooth, guantera refrigerada y un largo etcétera. Así que la vida interior en viajes se hace muy amena, pudiendo disfrutar de la música que quieres en cualquier momento gracias al lector USB o sentir la melena al viento gracias a la apertura completa de su techo.
De momento estas han sido mis primeras sensaciones en la aventura que acabamos de comenzar. Tras estos primeros viajes, en nuestro odómetro personal llevamos una distancia recorrida de 1.581Km de los 25.000 que tenemos que realizar. Si os habéis quedado con ganas de saber más del coche y su vida a bordo así como de su comportamiento no os preocupéis, todos los lunes subiremos un artículo nuevo con las ciudades recorridas y las sensaciones experimentadas. Además, estad atentos al Twitter y al Facebook de nuestra revista porque desde ahí os informaremos de las ciudades que estamos visitando (además de que podremos interactuar con vosotros y podréis recomendarnos lugares que deberíamos visitar).