comscore

Conducimos el Hyundai Santa Fe. Obra cumbre

Alrededor del año 2000, Hyundai buscaba argumentos para cambiar la percepción de los consumidores de que era un fabricante de modelos que tenían como gran virtud su precio, por encima de otras características. Y para demostrarlo, lanzó dos modelos que empezaron a cambiar esa historia: el Coupé -que hizo furor como modelo deportivo- y, sobre todo, el Santa Fe, que fue el primer SUV de la marca y del segmento D -desde su lanzamiento en 2001, Hyundai ha vendido más de 1,6 millones de vhículos todocamino-. Pero, sobre todo, ha sido el que cambió la percepción de Hyundai, ahora convertida en una de las marcas punteras en tecnología o fiabilidad, como demuestran los rankings en los que la marca coreana ocupa los lugares de privilegio.

Y ahora la cuarta generación del Santa Fe quiere dar un salto más; convertido en el buque insignia -se ha dejado de comercializar el Génesis-, quiere dar la batalla también a los modelos premium, frente a los que no tiene nada que envidiar en calidad y a los que bate claramente en precio. Con sus 4,77 metros de longitud, ofrece siete plazas en un interior amplio y de gran calidad, y un maletero de 547 litros con las dos últimas butacas escondidas. Las plazas traseras son, como es casi obvio, útiles para niños o para trayectos cortos, pero el interior se puede modular a discreción pulsando botones que pliegan y despliegan los asientos en función de las necesidades.

Un equipamiento exhaustivo

Se convierte, por tanto, en un excelente coche familiar, con argumentos más allá del espacio para acercarse a los premium. Entre ellos, un equipamiento exhaustivo en el que todos los sistemas de seguridad y ayuda a la conducción son de serie desde las versiones básicas, salvo el innovador asistente de pasajeros en las plazas traseras, que detecta si nos hemos olvidado a alguien -sobre todo niños- en esa segunda fila de asientos.

Pero el resto lo trae todo de serie: avisador de punto ciego, asistente de colisión frontal con detección de peatones, asistente de mantenimiento de carril y función de información de límite de velocidad. Entre ellos, además, dos novedades: la prevención de colisión de tráfico cruzado trasero y la función de salida de seguridad, que bloquea temporalmente la apertura de las puertas si detecta que se acerca algún vehículo que pueda poner en peligro a los ocupantes al salir del coche.

No faltan los últimos avances en sistemas de información: pantalla flotante de 7 u 8 pulgadas -la primera no cuenta con navegador pero permite conectar el smartphone a través de Apple CarPlay o Android Auto para utilizar el navegador del smartphone-, mientras la segunda sí dispone de su propio navegador, con sus servicios conectados. O un Head-up Display que proyecta directamente en la luna delantera.

Con tracción delantera o total

Y mecánicamente tampoco se queda atrás. El nuevo Santa Fe -que ofrece variantes de tracción delantera o 4×4- estrena el nuevo sistema de tracción total HTRAC, que optimiza el reparto de par en cada eje en función de la adherencia del neumático o la velocidad del coche. Puede distribuir hasta el 50 por ciento del par al eje posterior en el modo Sport, o el 35 por ciento en el modo Comfort. Y también pone en liza un nuevo cambio automático de 8 relaciones con tecnología de convertidor de par, aunque solo está disponible con el diésel más potente.

Los motores, que cumplen la normativa Euro 6d TEMP, han sido revisados y optimizados para mejorar consumos, aunque no es este un aspecto en el que, en circulacion real, brille el Santa Fe debido a su peso y su volumen. En diésel empieza con el 2.0 CRDI de 150 caballos, solo con cambio manual de 6 marchas y tracción delantera. Por encima, el 2.2 CRDI con 200 caballos y que dispone de variantes de tracción delantera o total, y también de cambio manual de 6 marchas o una nueva caja automática de 8 relaciones. Y en gasolina es el 2.4 de 185 caballos con cambio automático de 6 velocidades y tracción total. Más adelante también habrá una versión híbrida y otra híbrida enchufable.

Durante la presentación, celebrada en Granada, hemos podido conducir la versión diésel de 200 caballos con tracción total y cambio automático de 8 relaciones. Ágil, potente, cómodo, suave… se ha mostrado como un gran viajero en el que el cambio destaca por suavidad y rapidez en sus transiciones entre marchas. Suspensiones que apuestan por la comodidad permiten un rodar muy fluido y agradable, en el que los kilómetros pasan sin notar. La dirección es precisa, aunque al tacto le falta una gota de dureza para transmitir mejores sensaciones.

Hay cuatro modos de conducción -Eco, Comfort y Sport, más el Smart, que mezcla características de los tres anteriores en función de tu tipo de conducción-, con una apuesta decidida por la calidad de rodadura frente al carácter. Se convierte en lo que se espera de un buque insignia: un gran coche pensado para viajar con el máximo confort y refinamiento. Y si se hace con un precio que, aplicado descuento, financiación y entrega de coche a cambio rebaja 7.200 euros la factura, todavía mejor.