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El huracán que se atrevió a prender fuego un Tesla Model X

La furia de los huracanes no solo azota con viento y agua, sino que, en los tiempos modernos, puede tener efectos inesperados en la tecnología avanzada que utilizamos. El reciente paso del huracán Helene por las costas de Florida dejó una advertencia insólita: los vehículos eléctricos, como el Tesla Model X, no están exentos de los peligros de la naturaleza.

Un video impactante, publicado por el condado de Pinellas, muestra cómo un modelo de la marca de Elon Musk estacionado en un garaje inundado comenzó a emitir humo y, poco después, se incendió. Las llamas consumieron rápidamente el vehículo, mostrando una cara diferente de las consecuencias de un desastre natural. Demostró ser muy indefenso ante los problemas climáticos.

El video del destrozo del Tesla Model X ante el huracán Helene

Este incidente ha abierto un nuevo debate sobre la seguridad de los vehículos eléctricos en situaciones extremas, como la inmersión en agua salada. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, advirtió a los propietarios de estos automóviles sobre los riesgos que conlleva dejarlos en zonas bajas durante la llegada de un huracán. Las inundaciones pueden crear una mezcla peligrosa para los vehículos eléctricos, especialmente cuando el agua entra en contacto con las baterías de iones de litio, que son altamente sensibles a la humedad.

Las autoridades del condado de Pinellas rápidamente emitieron recomendaciones para los propietarios de vehículos eléctricos. Aconsejaron no cargar ni estacionar estos autos en garajes y, en cambio, instaron a mantenerlos a una distancia de al menos 15 metros de estructuras o materiales combustibles. Sin embargo, esto presenta un desafío adicional, ya que durante una tormenta de gran magnitud, encontrar un lugar seguro y alto para estos autos puede ser una tarea complicada.

Las advertencias de Tesla ante los huracanes

Las advertencias de Tesla ante los huracanes

Incluso el propio fabricante de los Tesla, ha emitido directrices para estos casos. En su Guía de Vehículos Sumergidos, alientan a los propietarios a trasladar sus autos a terrenos elevados en caso de tormentas o inundaciones inminentes. Si el vehículo ya ha sido sumergido, se recomienda mantenerlo alejado de cualquier estructura y evitar su uso hasta que sea inspeccionado por un profesional.

Aunque estas recomendaciones parecen lógicas, el incidente en Pinellas subraya que los peligros asociados a la inmersión de vehículos eléctricos en agua salada siguen siendo un tema delicado y de gran preocupación. El impacto de este tipo de eventos no solo es tecnológico, sino también económico. Florida, siendo el segundo mercado más grande de vehículos eléctricos en Estados Unidos, con más de 238.500 coches registrados hasta junio pasado, está en la mira de este tipo de incidentes.