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Honda Jazz 1.5 i-VTEC. Impulso vitamínico

El Honda Jazz se somete a una actualización, en su ciclo medio de vida, que salpica tanto a la estética como a su mecánica, ya que incorpora por primera vez el propulsor 1.5 i-VTEC de 130 CV, asociado exclusivamente al, también nuevo, acabado Dynamic.

El cambio de imagen se centra en los faros, la parrilla y el paragolpes en la parte frontal. Los rasgos deportivos están más acentuados en las versiones Dynamic, con un bifurcador frontal más bajo y un difusor trasero más llamativo. Además, presume de faros LED y antiniebla, faldones laterales, un alerón trasero en el portón y llantas de 16 pulgadas rematadas en color negro brillante.

Bajo el capó, y descartado el diésel, conserva el motor 1.3 i-VTEC de 102 CV, pero añade el mencionado 1.5 i-VTEC de 130, que hereda del HR-V. Está disponible con una caja manual de seis marchas y con la automática de variador continuo CVT, transmisión ésta con la que homologa 0,5 l/100 km menos de gasto medio. Salvo que el uso por la gran ciudad sea intensivo, preferimos el agradable tacto de la primera. Y no lo decimos por los 1.000 euros de sobreprecio de la caja CVT, sino porque pierde atractivo cuanto más nos alejamos de la urbe debido a esa sensación de 'resbalamiento' que ofrece cuando se fuerza la marcha.

Probamos el 1.5 i-VTEC

Tuvimos ocasión de rodar con esta nueva variante 1.5 i-VTEC, que dispone de un abanico de rendimiento ideal entre las 4.000 y las 6.500 rpm -corta cuando acaricia las 7.000 vueltas-, si bien por debajo de esos números ya mueve con soltura un conjunto que pesa 1.104 kilos.

La gama Jazz incorpora de serie la frenada de emergencia automática en ciudad; y desde el segundo escalón de acabado ofrece el Honda Sensing, que contempla aviso de colisión frontal, reconocimiento de señales de tráfico, limitador inteligente de velocidad, alerta de cambio de carril y luces de carretera inteligentes. El precio oscila entre los 16.800 euros del 1.3 i-VTEC y los 20.700 del 1.5 i-VTEC.