Antes de hacer un viaje largo, la Dirección General de Tráfico (DGT) y cualquier mecánico te van a recomendar que hagas un mantenimiento básico y una comprobación para asegurarte de que todo está bien. Tan sencillo como mirar el aceite del coche, los niveles de todos los líquidos, la presión de los neumáticos, las luces, el aire acondicionado o los frenos. Pero lo que quizá no sabes es que también tienes que hacerle una ‘revisión’ al volver a casa.
Eso sí, depende mucho de dónde hayas pasado el verano. Si eres más de sol y playa, tu coche puede volver peor de lo que se fue, incluso desarrollar alguna avería a largo plazo. Por eso, te contamos qué debes revisar si durante tus vacaciones has pasado o vas a pasar por la playa.
Lo recomiendan los mecánicos, además, porque los coches que han pasado tiempo en zonas costeras pueden desarrollar pequeños (y no tan pequeños) problemas que después se traducen en facturas que no esperas. Así que mejor prevenir que lamentar.
1El salitre y la arena son los peores enemigos de tu coche

El principal enemigo para tu coche durante el verano es el salitre. Es un mineral blanco y cristalino que normalmente se queda en la piel, en el pelo y también en la carrocería y en todas las partes metálicas de tu coche. Y si a eso le sumas la humedad del ambiente y el roce de la arena, tienes como resultado una ‘fórmula peligrosa’: corrosión, óxido y una pintura que va perdiendo poco a poco su brillo.
Pero el problema no está solo en la pintura de tu coche. Al final, el salitre y la arena se ‘cuelan’ en todos los rincones, como en las llantas, las gomas, las juntas de las puertas y, sobre todo, los bajos de tu coche. Son zonas especialmente sensibles y ahí es donde el salitre se va a acumular y va a empezar su ‘trabajo destructivo’.
Quizá no lo notes en el primer lavado, pero con el tiempo van a aparecer pequeñas burbujas en la pintura del coche, manchas mates o grietas que pueden provocar problemas más serios, incluso averías. Y lo peor es que el seguro no te va a cubrir los daños, porque están dentro del ‘saco’ del mantenimiento.