Las averías en carretera no entienden de horarios ni de destinos soñados. Siempre suelen producirse en los momentos más inoportunos. Según datos de las empresas de asistencia, en los últimos veranos, las incidencias han aumentado más de un 20%; lo que refleja no solo el mayor uso del vehículo en vacaciones, sino también la falta de preparación del mismo.
El problema es que, además de detener nuestro viaje, una avería en carretera puede convertirse en un auténtico peligro si no se sabe cómo reaccionar. Muchos conductores desconocen el protocolo correcto: no es solo esperar a la grúa y ya está. Hay algunos pasos esenciales para que el contratiempo no acabe en accidente. Saber cómo actuar es determinante para la seguridad.
1Detener el vehículo en un lugar seguro
Cuando se produce una avería, el primer paso es detener el coche de la forma más segura posible. Lo ideal es estacionarlo en un área de emergencia, un apartadero o el arcén de la vía. Si la avería ocurre en una carretera convencional, la recomendación es llevarlo lo más a la derecha que se pueda para no entorpecer la circulación.
Este gesto, que puede parecer evidente, es fundamental para evitar un accidente mayor. Cuando el vehículo falla, no siempre será sencillo maniobrar; pero cada metro que consigamos apartarnos de la calzada reducirá significativamente el riesgo, tanto para nosotros como para los demás usuarios de la vía.
