Director de Diseño del Grupo Volkswagen desde 2007, Walter de Silva ha cambiado su batuta multimarca por la posición más tranquila de consultor del consorcio alemán. «He dejado todo lo que hacía, pero si me necesitan estoy a su entera disposición», dice con la satisfacción del trabajo bien hecho, y con el orgullo de haber contribuido al fortalecimiento de todas y cada una de las marcas de la galaxia VW. Sus palabras nos recuerdan sólo una parte de cómo se gestó ese éxito, aunque su impronta seguirá presente en todas las novedades que aparezcan en los próximos 2-3 años, en todos los proyectos que se han gestado bajo su dirección.
Con Martin Winterkorn: trabajo duro
La etapa más reciente del diseñador italiano está ligada al ex presidente del Grupo Volkswagen Martin Winterkorn. Desde que De Silva pasó a dirigir el Diseño de Audi, procedente de Seat, hasta la gestión de todas las marcas, los dos hombres han trabajado codo con codo: «La creatividad necesita límites, una disciplina, y eso es algo que encontré en el Grupo VW. También he encontrado al ingeniero más grande que he conocido, Martin Winterkorn. Al definir el diseño, ambos teníamos una filosofía común, una complicidad inimaginable. Esta simbiosis ha aportado los productos que hemos visto y veremos próximamente».
Todos los diseñadores del Grupo VW comentan que Winterkorn era un profundo conocedor, que captaba los más mínimos detalles y que influía mucho. De Silva recuerda: «Cada dos meses teníamos presentaciones de producto, pero pienso que no ha pasado un día sin que habláramos. Yo era el único que me peleaba con él cuando no estábamos de acuerdo. Discutíamos, pero era una charla constructiva. Era un apasionadísimo del diseño. Decía que por la mañana se hace el diseño y que por la tarde se miran los costes, para separar claramente el proceso creativo del industrial».
La trayectoria de De Silva no ha sido fácil, pero no ha sido difícil, como él mismo asegura: «Aun así, cada familia de modelos significa un gran sufrimiento. Hemos trabajado 24 horas sobre 24, y ha merecido la pena porque hemos logrado proyectos de éxito. Cuando un coche tiene alma, lo reconoces a la primera, y eso es una garantía de futuro».
ADN. Imagen de marca
Trabajar en un grupo con tantas marcas es complicado, así que cada una de ellas debe tener una serie de aspectos clave, distintivos. De Silva lo explica así: «Cada dos años escribimos el libro de estilo. Es una filosofía de base, la herramienta para distinguir a cada una. La música, pues, está escrita; el intérprete es el jefe de Diseño de cada marca, que debe transferir este concepto básico a los futuros modelos. Pero hay que pelear mucho, convencer, y tener en cuenta que cuando se obtiene la luz verde, cuando se autoriza la inversión, ya no se puede cambiar nada».
Hay muchísimos factores a tener en cuenta en cada proyecto. Por ejemplo, con la plataforma MQB, De Silva explica cómo se trabajaba en 3 dimensiones. «Primero era un trabajo de la marca Volkswagen y de sus modelos. A continuación, segunda dimensión, había que cruzarlo con las otras 3 marcas, Audi, Seat y Skoda. Después, tercera dimensión, había que cruzarlo con los mercados, Europa, Asia y América? Por ejemplo: el taxi de Madrid, el taxi de Shanghai? Se trataba de 9 coches básicos diferentes, de los que se iban a hacer 10 millones de unidades. Y eso no era todo: ha habido épocas en las que hemos estado trabajando con más de 300 proyectos de exteriores e interiores a la vez».
Una labor así requiere de unos colaboradores de gran talento, a los que Walter de Silva siempre ha sabido elegir con un objetivo prioritario: lograr un diseño emotivo. «Pero el talento no lo es todo, hay que combinarlo con tu carácter y con tu capacidad de trabajar en equipo. Podría citar a muchos: Stefan Sielaff, Flavio Manzoni, Filippo Perini, Alejandro Mesonero Romanos -Alejandro tiene un arte especial para manejar el equipo, transferir la elegancia, el buen gusto- Pero insisto, la fama no viene sólo del talento, sino de llegar con tu idea a la carretera y aceptar que se trata de un trabajo en equipo», sentencia De Silva, que destaca el trabajo de otros grandes, como el también español Jorge Díez.
Sus favoritos. De Seat a Bugatti
Un diseñador siempre tiene sus preferidos entre sus creaciones. La lista de De Silva sería interminable, pero no deja de citar algunos de ellos: «Alfa 156, Volkswagen Polo, Golf, up!… Quizá el Audi A5 el que más, por su sofisticación, por su historia, tuvimos muchas dudas, llegábamos a un segmento nuevo para Audi, Ahora estoy muy contento con el futuro A5, porque lo he seguido muy de cerca. La Alfa Romeo que yo conocí y Audi tienen una cosa en común: una gente con una gran pasión por los coches. También guardo un gran recuerdo de Seat, donde las personas ponen todo su corazón ante las dificultades. Recientemente, he hecho el Bugatti Chiron, con Sasha Selipanov (exterior) y con Stefan Sielaff (interior), que retoma todos los conceptos Bugatti, como el arco del 57 o los dos colores. Y pensar que lo hicimos prácticamente en secreto».
Los coches concepto son los que muchas veces definen el devenir de un fabricante. De Silva también tiene un especial recuerdo de 4 de ellos: «En el Alfa Nuvola todo se hizo digitalizado, nada a mano, no teníamos tiempo y fue el primer experimento todo matemático, con Wolfgang Egger y Filippo Perini. El Seat Salsa fue un gran cambio, que marcó el futuro de la compañía. El Audi Nuvolari, por la nueva identidad de marca que generó. Y el Lamborghini Egoista, un monoplaza de calle diferente a todo, como sólo Lamborghini podría hacer».
Nuevos conceptos. SUV y City-Car
Cuando se habla de nuevos conceptos aplicables al diseño automovilístico, De Silva ve diversos campos en los que todavía se puede avanzar: «En la categoría de los city-car o city-cruiser hay cosas por inventar. El segmento SUV tiene carácter, una ergonomía muy interesante, es polivalente, flexible? Hay una tipología SUV Coupé, y vendrán otras. Los veo en competencia con los SUV clásicos. Es una arquitectura muy válida para marketing, pero puede hacerse bien o mal; por ejemplo, con el Porsche Macan lo hemos hecho bien. También llegará el SUV Cabrio? El problema es la funcionalidad, y se necesitará innovación para la capota».
Pero no siempre se acierta, reconoce De Silva al recordar como el concepto Audi Roadjet, presentado en Detroit 2006, no tuvo aceptación, no era el momento, y dos años después el Q5 inició una senda de éxito.
También hay proyectos por desarrollar, ideas que no se ha materializado. En la mente de nuestro protagonista hay unos cuantos: «Un pequeño Porsche, básico, como el 'Little Bastard' de James Dean; una gran familia Beetle; un gran pick-up para el mercado norteamericano; un proyecto como el Lamborghini Egoista, que podría venderse a cualquier precio; tal vez un Bentley o un Aston Martin». El deportivo inglés clásico le atrae, y aprovecha para decir que el recién presentado DB11 le plantea dudas, porque han incorporado soluciones que no responden al ADN Aston. También se extiende con la familia Beetle: «Hemos hecho muchas propuestas, pero la estrategia de los mercados no siempre ha acompañado. Aun así hay mucho potencial. Tenemos ya el monovolumen Bulli del futuro, pero hemos tenido que trabajar mucho hasta conseguirlo».
Ayer y hoy. Atraer a los jóvenes
La tecnología ha cambiado la tarea de los diseñadores y así lo reconoce De Silva: «En los años 70 y 80, diseñar era absolutamente más romántico que ahora. Todo se tocaba con las manos. Había que hacer dos o tres coches, ahora hacemos 300… También asistimos a un diseño de confusión total, en el que lo único que se busca es sorprender, sorprender a toda costa aunque sea malo. Un diseño tiene unas reglas. Por ejemplo, hacer un Golf es uno de los proyectos más difíciles del mundo; hay que ser innovador, aportar cosas importantes, pero no perder la personalidad Golf…».
Un diseñador debe estar al día de las demandas de los usuarios, algo difícil en los sectores más jóvenes que han perdido cierto interés por el automóvil. Para reconquistarlos, De Silva apuesta por los componentes digitales: «Serán un único sistema, basado en la comunicación. Pero, atención, la digitalización es un proceso y el diseño es una disciplina; podemos hacer una ergonomía analógica, pero después entra en escena la parte digital? A veces veo líneas que son dictadas por el ordenador, no tienen la sofisticación de una línea pensada que trasmite sensaciones».
Coche autónomo. Seguridad ante todo
En esta conversación no puede faltar el coche autónomo, la conducción automatizada, esa especialización que hoy reclama tanta atención de los fabricantes. De Silva reconoce sus ventajas, pero plantea incógnitas por despejar.
«El coche completamente autónomo lo veo para dentro de 30 años. Antes pasará por muchos estadios, pero siempre habrá que garantizar la seguridad. La conducción autónoma en trayectos cortos, entre ciudades, será lo primero que veremos, hoy ya existe. Pero pensar en un coche autónomo global, que se pueda guiar en todo el mundo, es ridículo. Sería imposible viajar de Moscú a Madrid; la urbanística, la mentalidad de las personas no es la misma. Y, por supuesto, cualquier pequeña incidencia deberá tener un plan de emergencia, es un robot. Paso a paso se podrá entrar en todo, dependiendo también de la tipología del coche. Tecnológicamente se compartirán muchas cosas, pero el alma es el diseño, la gente buscará la personalización, necesita esa emoción, esa distinción. Lo vemos con los smartphones, cada cual utiliza una carcasa a su gusto… En otro campo, veo un futuro enorme para la bicicleta eléctrica».
¿Y el diseño italiano, ahora que sus principales clientes son las marcas chinas? ¿Qué nos queda después de los avatares de las grandes firmas? «El diseño italiano vive un momento difícil, pero no por incapacidad, ha sufrido la crisis. Con Italdesign, de la que fui dos meses presidente a finales del año pasado, mi idea era crear una academia, hacer cosas con Lamborghini, Ducati… Seguro que el diseño italiano se recuperará; en general tiene una gran oportunidad, un largo camino por delante».
Cerrada una etapa a sus 65 años de edad, Walter De Silva deja el camino libre a sus sucesores, concretamente en el Grupo Volkswagen. «El nuevo equipo de gestión tiene que jugar su papel», dice convencido. Haber puesto el listón tan alto será un estímulo para todos los que hasta ahora han trabajado a su lado.
Sobre ruedas. Una trayectoria multimarca
Arquitecto de formación, Walter María de Silva nació en la italiana Lecco, a orillas del lago de Como, el 27 de febrero de 1951.Sus primeros trabajos los realizó en el Centro Stile Fiat de Turín en 1972. En 1975 entró en el estudio de Rodolfo Bonetto para diseñar interiores, hasta que en 1979 fue fichado por el Instituto I.de.A. Allí trabajo en proyectos diversos como el prototipo Fiat VSS, el Fiat Tipo o el Lancia Dedra. En 1986 empezó su trabajo en Alfa Romeo, marca a la que se dedicó hasta 1999. Entró entonces en la órbita Volkswagen como jefe de Diseño de Seat. En 2002 fue nombrado jefe de Diseño de Audi, con responsabilidad sobre Seat y Lamborghini. Y finalmente en 2007 pasó a encargarse del Centro de Estilo del Grupo Volkswagen con responsabilidad sobre todas las marcas del mismo. Éstos son algunos de sus proyectos más destacados.
-Fiat VSS Concept. De estructura reticular y construcción a base de subsistemas (1981).
-Alfa Romeo 164 Proteo. Coche concepto con techo retráctil de vidrio (1991)
-Alfa Romeo Nuvola. Proyecto decisivo para la identidad de los posteriores Alfa (1996)
-Alfa Romeo 156. Uno de sus coches más queridos, elegido Car of the Year 1998.
–Alfa Romeo 147. Sucesor de los 145 y 146, logró el título Car of the Year 2001.
-Seat Salsa. Sus criterios de diseño marcaron el carácter de los futuros Seat (2000)
-Seat Tango. Uno de los proyectos que Seat estuvo valorando producir en serie (2001)
-Audi Pikes Peak. Antecesor del Audi Q7, primero de una familia de éxito (2003)
-Audi Nuvolari. Primer ejemplo de un Audi gran turismo coupé (2003)
-Audi Le Mans. Punto de partida del mítico biplaza R8 (2003)
–Seat Altea. Fue el primero de una generación de modelos fundamentales en Seat (2004)
-Audi A6. Incorporó el diseño frontal del Nuvolari, inaugurando una nueva época (2005)
-Lamborghini Miura Concept. Homenaje de De Silva al mítico deportivo italiano (2006)
-Audi A5. De Silva destaca la excelencia de sus proporciones (2007)
-Volkswagen Polo. Primer modelo VW con el equipo de Klaus Bischoff. Car of the Year 2010.
-Volkswagen up!. Una visión diferente del coche urbano y posibles derivados (2011)
–Volkswagen Golf. Según De Silva, el desafío más grande para un diseñador. Car of the Year 2013
-Lamborghini Egoista 2013. El Lamborghini más exclusivo de la historia se quedó en concepto.
¿Y en el futuro?. Zapatos de mujer
Tras su jubilación, Walter de Silva deja a un lado el diseño de automoción salvo en lo que afecte a su nuevo papel como consultor del Grupo Volkswagen. Sin embargo, no se quedará quieto. De Silva ha realizado innumerables trabajos de diseño industrial, especialidad que siempre le ha marcado. Suya es la máquina de fotos Leica M9 Titan o el sillón Luft de Poltrona Frau. Inolvidable es, asimismo, la colección Autoemoción, que presentó en Barcelona en 2002 con el patrocinio de Seat.
Cuando le preguntamos qué hará en el futuro, responde: «Tengo un amor escondido: los zapatos de mujer. Estoy diseñando una colección de 100 modelos, que se presentará en septiembre de 2017, en Munich. Son clásicos, pero responden a un concepto concreto. La artesanía relacionada con el calzado es una tradición en mi familia, de los tiempos de mi abuelo. Ahora tengo la oportunidad y las ganas de trabajar en este campo, que está cerca de las 3 dimensiones y por el que profeso un gran respeto»
El detalle. 'El Abrazote de Manolo'
Walter de Silva recibió de manos del jurado español del Car of the Year 'El Abrazote de Manolo', trofeo creado en memoria de Manuel Doménech, fallecido el 22 de septiembre de 2013.
Doménech, periodista especializado en el mundo del automóvil, antiguo director de Motor16, admirador y amigo de Walter de Silva, siguió la carrera creativa de éste desde Alfa Romeo hasta Volkswagen. Anteriormente, Rafael Prieto, José Vicente de los Mozos y Carlos Sainz han recibido 'El Abrazote de Manolo'.