La Guardia Civil, en sus controles rutinarios y campañas especiales, detecta una y otra vez los mismos errores al colocar los sistemas de retención infantil en el coche. Fallos que parecen poco importantes, pero que en caso de accidente pueden marcar la diferencia entre un susto y una tragedia.
Si crees que lo haces bien, sigue leyendo y descubre esos pequeños despistes que es muy probable que hayas cometido alguna vez.
2Errores que cometes al abrochar al niño

Una vez que la sillita está bien anclada, la siguiente tarea que destaca la Guardia Civil es abrochar al niño de forma correcta. Y aquí es donde aparecen los despistes más habituales.
En invierno, es muy tentador montar al niño en el coche con el abrigo puesto, pero es un error. Un abrigo voluminoso crea un espacio vacío entre el arnés de la sillita y el cuerpo del niño. Aunque parezca que el arnés está tenso, en un impacto, el acolchado del abrigo se comprime de golpe, dejando el arnés suelto y permitiendo que el niño se mueva dentro de la silla, lo que puede provocar lesiones en la cabeza, cuello y extremidades. La solución es simple: quítale el abrigo antes de abrocharlo y, una vez que esté bien sujeto, cúbrelo con el abrigo o una manta por encima.
Cuando abroches a tu hijo, asegúrate de que el arnés de los hombros y de las caderas está bien ajustado. Un buen truco es la prueba del pellizco: si puedes pellizcar la cinta del arnés, está demasiado suelto. Debes poder deslizar tu dedo plano entre la cinta y el cuerpo del niño, pero sin holgura. Además, las cintas no deben estar torcidas. Un arnés retorcido no cumple su función de forma óptima y puede causar molestias o incluso heridas al niño.
Tanto el arnés como el reposacabezas de la sillita deben ajustarse a la altura de tu hijo. Un arnés que sale de los hombros del niño debe ir a la altura correcta. Si la sillita va a contramarcha, los arneses deben salir por debajo de los hombros. Si la sillita va en sentido de la marcha, deben salir por encima o a la altura de los hombros. Un arnés mal posicionado no retiene el cuerpo de forma adecuada y el niño puede salir disparado en un impacto.