La Guardia Civil de Tráfico, como su propio nombre indica, se pasa el día en la carretera, a veces en coches patrulla y otras en moto. Y están acostumbrados a encontrarse situaciones de todo tipo, cada vez incluso más surrealistas.
Este mes de septiembre, el cuerpo ha recibido un nuevo lote de motocicletas para renovar parte de su flota, y están aprovechando la Vuelta Ciclista a España para probar muchas de ellas. Sin embargo, la mayoría de agentes de la Guardia Civil no están contentos con el cambio de BMW a Honda. Se quejan de problemas de estabilidad, mal comportamiento en carretera y unas prestaciones que creen que está muy por debajo de los estándares de un vehículo policial.
Cuál es el problema de la Guardia Civil con sus nuevas motos

A priori, las nuevas motos que ha recibido la Guardia Civil cumplen con las especificaciones técnicas que deberían tener los vehículos que utilizan los agentes de Tráfico. Sin embargo, la percepción que han tenido la mayoría al subirse a ellas es bien diferente.
Una de las primeras críticas tiene que ver con la estabilidad a alta velocidad de las nuevas Honda NT 1100. Los agentes de Tráfico de la Guardia Civil denuncian muchas vibraciones y falta de aplomo en curvas, sobre todo en persecuciones o en maniobras que requieren una reacción rápida.
Tampoco convence la ergonomía. Al ser un modelo adaptado para ser una moto patrulla, no está diseñado de origen como una moto policial, y la Guardia Civil considera que la postura no es cómoda en trayectos largos. Han reportado también dolores de espalda y fatiga, sobre todo en jornadas muy largas, que perfectamente pueden superar las ocho horas.
A esto hay que sumarle el equipamiento. También han denunciado que los accesorios de las motos —las maletas laterales o el sistema de iluminación— no están bien integrados, así que complica aún más la conducción y la visibilidad en carretera.
Los agentes en absoluto están contentos con el cambio y ya han reconocido que estaban mucho más cómodos con la BMW R1300RT, que es el modelo que venían utilizando hasta ahora. De hecho, hace unos años Honda ya se presentó a concurso para su compra, pero los agentes reportaron los mismos problemas y se descartó la idea. Ahora, llegan a la flota de vehículos de los agentes de Tráfico para poder dar salida a las BMW más antiguas.
¿Esta decisión pone en riesgo la seguridad?

Lógicamente, las asociaciones de la Guardia Civil no han tardado en reaccionar a la noticia y han alertado en distintos comunicados que estas motos, sobre todo a alta velocidad, pueden poner en peligro a los agentes y, en consecuencia, al resto de usuarios de la vía. «Están muy acostumbrados a las BMW, una motocicleta que aguanta más el día a día y los largos kilometrajes de cada jornada», explica la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC), en declaraciones a El Debate.
«Son más cómodas, más estables, tienen menos vibraciones y la posición a los mandos es más cómoda, lo que se agradece conforme pasan los kilómetros», añaden sobre las BMW.
Y a las críticas, tenemos que sumarle un problema que ya han denunciado en varias ocasiones, como es el de los chalecos con airbag. Casi 9.000 Guardias Civiles, según datos del último mes de agosto, ya tienen este dispositivo de protección, aunque muchos agentes se han quejado de su funcionamiento.
En caso de accidente, hay algunos que no han saltado, mientras que sí se han activado en situaciones cotidianas en las que no hay ningún tipo de peligro. Los ha suministrado la DGT, ya es obligatorio para obtener el carnet de moto y en un futuro puede serlo también para circular.