La Guardia Civil de Tráfico utiliza todo tipo de recursos para ordenar la circulación con seguridad, desde las clásicas señales con los brazos hasta las luces intermitentes de sus vehículos. Sin embargo, hay un método que a menudo pasa desapercibido, pero que es vital que conozcas. Señales que encierran mensajes claros y concisos sobre lo que está ocurriendo en la carretera por delante. Entenderlos es fundamental, tanto para reaccionar a tiempo como para evitar cometer infracciones.
La próxima vez que te las encuentres, sabrás qué hacer y que no te pille desprevenido. Recuerda que el desconocimiento no exime de la obligación, ni te libra de la multa.
2Rojo: Vía cerrada, peligro inminente
Cuando un agente de la Guardia Civil te muestre un banderín rojo, el mensaje es contundente y no admite interpretaciones: la vía está cerrada al tráfico. Es como una señal de STOP gigante y permanente para todos los vehículos que se dirigen hacia ese punto. Es una señal que implica la prohibición de circular más allá del lugar donde se encuentra el agente con la bandera. La única excepción a esta regla es para aquellos vehículos que estén siendo escoltados por los propios agentes de la Guardia Civil. Para el resto de los conductores, un banderín rojo significa detenerse por completo y no avanzar bajo ninguna circunstancia.
Esta señal no se usa a la ligera. Un banderín rojo aparece cuando hay una situación de extrema gravedad que hace que sea imposible o extremadamente peligroso continuar la marcha. Por ejemplo, un accidente grave que bloquea la carretera, un desprendimiento de rocas, una inundación repentina o cualquier otro evento que haga intransitable un tramo. Los agentes, al mostrar esta bandera, están protegiéndote de un peligro inminente que no puedes ver aún.
Ignorar esta señal no solo es una infracción grave, sino que te pondría en un riesgo tremendo a ti y a tus acompañantes. Por eso, la primera y más importante lección es: bandera roja, detención total y absoluta hasta nueva orden.
