La Guardia Civil lanza de forma regular avisos sobre acciones cotidianas que, a pesar de ser habituales, pueden ser sancionadas según la normativa. Y una de ellas tiene que ver con algo muy habitual, que vemos cada día en nuestras carreteras. Algo que con los atascos del verano y las prisas en la ciudad, seguro que hemos hecho todos los conductores en alguna ocasión.
Seguro que has vivido más de una vez esta escena al volante: en cuanto un semáforo se pone en verde, se escucha a alguien tocando el claxon. Puede que incluso ese alguien seas tú. Pues puedes llevarte una multa de casi 100 euros por esta conducta tan cotidiana. Y es que, aunque todos lo usamos a diario, la gran mayoría de los conductores en España desconocen por completo la normativa que lo regula. Y la Guardia Civil no está de broma con este tema.
1El uso prohibido del claxon

El artículo 110 del Reglamento General de Circulación establece de forma específica que está prohibido el uso «inmotivado o exagerado» de las señales acústicas en la conducción. Es decir, que usar el claxon para saludar a un amigo que te encuentras por la calle, para desahogar tu frustración en un atasco o para quejarte de la conducción de otro, es una infracción.
Por lo tanto, pitar por impaciencia en un semáforo, por ejemplo, es un uso indebido y sancionable. También lo es pitar para quejarte de que alguien no ha señalizado un giro o ha frenado de repente. En estos casos, la ley no te ampara. La bocina no es un juguete, ni una forma de protesta. Su único objetivo es la seguridad vial, y si no la usas para eso, estás quebrantando la ley. Además, existen señales de tráfico como la R-310, que prohíben el uso de señales acústicas. Si te la encuentras, por ejemplo, cerca de un hospital o de un colegio, no puedes usar el claxon bajo ninguna circunstancia, salvo para evitar un accidente.