La Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil está advirtiendo a los conductores sobre los peligros del llamado “Efecto Rebote”, una situación que se da a menudo después de haber pasado por un episodio de tensión en la carretera. Imagina que circulas por la autovía a una velocidad constante y, de repente, el coche que va delante clava los frenos o que un vehículo se incorpora a tu carril sin señalizar, obligándote a dar un volantazo y pisar el pedal del freno con fuerza. El corazón se dispara, las manos se agarran al volante con una fuerza que no sabías que tenías y evitas el accidente.
En ese momento, se nota una gran sensación de alivio. Sueltas aire y notas cómo la tensión abandona tus músculos. Crees que el peligro ya ha pasado, pero justo cuando bajas la guardia es cuando se produce el Efecto Rebote. Un fenómeno que no tiene nada que ver con la mecánica del coche, sino con la tuya propia.
1¿Qué es el Efecto Rebote del que alerta la Guardia Civil?

El Efecto Rebote es una reacción del cuerpo, un mecanismo psicofisiológico que se produce como respuesta a una situación de estrés o peligro intenso y repentino al volante. Es la forma que tiene el organismo de compensar un pico de adrenalina y tensión extrema.
Ante un peligro inminente como un frenazo brusco, el cuerpo entra en alerta máxima. El cerebro libera adrenalina, las pupilas se dilatan, el ritmo cardíaco se acelera y todos los sentidos se agudizan para reaccionar en milisegundos y salvar la situación.
El problema viene justo después. Una vez que el cerebro percibe que la amenaza inmediata ha desaparecido, intenta devolver al cuerpo a su estado de calma y normalidad. Pero a veces, esta orden del cerebro al cuerpo es demasiado intensa. El sistema nervioso pasa de cien a cero en segundos, provocando un estado de relajación y desconexión que es contraproducente para la conducción. Eso es lo que la Guardia Civil denomina Efecto Rebote.