La seguridad vial da un paso más en su evolución con una estrategia que mezcla discreción y eficacia: las motos camufladas de la Guardia Civil de Tráfico. Por primera vez, este cuerpo ha mostrado públicamente estos vehículos, pensados para patrullar carreteras como si fueran simples motocicletas civiles. El objetivo es claro: detectar infracciones sin ser reconocidos. Aunque ya estaban en circulación desde hace meses, su presentación oficial en Salamanca ha llamado la atención por el cambio que representa en los métodos de vigilancia. Pero ¿realmente son invisibles? ¿Se pueden detectar? ¿Cómo afectan a los motoristas?
Estas motocicletas operan de forma encubierta, pilotadas por agentes vestidos de paisano y sin distintivos policiales. Su presencia busca reducir el número de infracciones graves, especialmente entre motoristas, uno de los colectivos más vulnerables en carretera. En este artículo exploramos cómo funcionan, cómo reconocerlas, qué motivaciones existen detrás de su despliegue y qué reacciones ha generado su uso.
4Despliegue y zonas de actuación

Por el momento, estas motos han sido avistadas en diferentes comunidades autónomas, principalmente en aquellas con un alto índice de siniestralidad entre motoristas. Castilla y León, Galicia, Comunidad Valenciana, Andalucía, Baleares y Canarias ya cuentan con presencia de estas unidades. Salamanca ha sido el primer lugar donde se han mostrado oficialmente, con dos unidades expuestas durante el arranque de la campaña de verano de la DGT.
Su despliegue se concentra en los fines de semana y festivos, especialmente durante la mañana y el mediodía, cuando los desplazamientos en moto son más frecuentes. También se enfocan en carreteras secundarias y zonas montañosas, donde los adelantamientos temerarios y el exceso de velocidad son habituales. En total, se estima que hay al menos 30 o 40 motos camufladas activas en todo el país, aunque la cifra exacta no ha sido revelada.