La DGT espera que a lo largo de estos meses de julio y agosto se produzcan 93 millones de desplazamientos por carretera y ya ha activado un gran despliegue de medios para vigilar que se cumplen las normas de circulación. Además de los agentes que están sobre el terreno, este año la DGT cuenta con 780 radares fijos de control de velocidad –92 de ellos de tramo–, 545 radares móviles, 12 helicópteros, 39 drones –23 de ellos con capacidad de denuncia–, 15 furgonetas camufladas, 34 motos camufladas de la ATGC (Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil) y 245 cámaras de vigilancia del cinturón y el móvil.
A todos ellos se sumarán el próximo año otros 46 radares nuevos. En concreto se trata de 20 cabinas y 26 radares, 10 de ellos fijos y otros 16 de tramo. El Gobierno ya ha aprobado la partida presupuestaria que se destinará a la compra de estos dispositivos de control de velocidad: 14,4 millones de euros.
La ministra portavoz del Gobierno, Isabel Rodríguez, explicó tras la reunión del Consejo de Ministros celebrada el pasado lunes que el Ejecutivo ha aprobado «un acuerdo del Ministerio del Interior relacionado con la seguridad en las carreteras», por el que se realizará una nueva inversión en los equipos para la medición de velocidad, tanto fija como en diferentes tramos por carretera, por importe de 14,4 millones de euros.
La autorización de la inversión por parte del Gobierno es el primer paso para después comenzar con la licitación de los radares, cuya instalación ya había sido anunciada por el director general de Tráfico, Pere Navarro.
La compra de estos dispositivos tiene como objetivo reducir la siniestralidad de nuestras carreteras. Según Isabel Rodríguez, solo en el año 2021 un total de «1.004 personas perdieron su vida en la carretera, en buena parte como consecuencia del exceso de velocidad. En estos días en los que se van a producir muchos deslizamientos como consecuencia del verano y las vacaciones, es importarte recordar que se modere la velocidad al volante», ha concluido.
Más radares para vigilar la velocidad, un factor de accidentalidad
El exceso de velocidad o la velocidad inadecuada es uno de los principales factores de siniestralidad y, según las estadísticas de la DGT, uno de cada cinco accidentes de tráfico con víctimas se puede relacionar directamente con la velocidad.
La DGT activó la pasada semana una campaña para perseguir especialmente los excesos de velocidad durante el inicio de la primera Operación salida del verano. Según un informe realizado por el Observatorio Europeo de Seguridad Vial (ERSO) en 2021, hay tres rasgos mayoritarios en los conductores que circulan a velocidad excesiva o inadecuada: son más jóvenes que mayores, son más hombres que mujeres y son más los que conducen por razones de trabajo que por otras causas.
Razones psicológicas para ir más rápido
El informe identifica además cinco razones principales por las que las personas conducen demasiado rápido: igualar la circulación del tráfico circundante, tener prisa, disfrutar de conducir rápido, por aburrimiento o por no ser conscientes de estar haciéndolo.
Según los expertos, el aspecto psicológico juega un papel fundamental en los excesos de velocidad. Las encuestas que incluye el informe reflejan que las personas a menudo sobreestiman la velocidad de otros vehículos y tienden a no dar importancia a la suya propia, en particular en desplazamientos largos. Además, el análisis recoge que el exceso de velocidad es más aceptado socialmente que otras infracciones.
El informe también pone también de manifiesto que reducir la velocidad media en solo 1km/h en todas las carreteras de la Unión Europea salvaría más de 2.000 vidas al año.
