Londres está liderando un esfuerzo significativo para combatir las emisiones de los vehículos más contaminantes mediante la implementación de Zonas de Emisiones Ultra Bajas (ULEZ) que abarcan 380 kilómetros cuadrados. El objetivo principal es reducir la contaminación del aire cobrando una tarifa a los conductores cuyos vehículos no cumplen con las estrictas normas de contaminación. Sin embargo, este ambicioso proyecto no ha sido bien recibido por todos, especialmente por un grupo de activistas conocidos como los “Blade Runners”.
En un acto de resistencia, estos encapuchados han desatado una ola de vandalismo en la capital inglesa, enfocándose en deshabilitar las cámaras de vigilancia que monitorean las ULEZ. Este grupo encubierto ha ganado notoriedad a través de vídeos e imágenes virales que muestran a sus miembros derribando cámaras durante la noche. No solo jóvenes, sino también padres adultos, han participado en estas acciones, tal como ha reportado el Daily Mail.
Así atacan a los medidos de bajas emisiones
El impacto de estos actos vandálicos es significativo. Según los activistas, el número real de cámaras dañadas o robadas es mucho mayor de lo que ha informado Transport for London. Un activista declaró que «al menos un par de cientos» de cámaras, cada una valorada en alrededor de 9.000 euros, han sido deshabilitadas. Este grupo sostiene que sus acciones no solo buscan eliminar la infraestructura de monitoreo, sino también despertar a la población sobre las implicaciones de estas políticas.
Londres no está sola en la implementación de Zonas de Bajas Emisiones. Ciudades como París, Berlín y Madrid también han establecido zonas similares para combatir la contaminación. En la capital francesa, por ejemplo, las Zonas de Bajas Emisiones restringen la circulación de vehículos más antiguos y contaminantes, y se están considerando medidas adicionales para restringir aún más el tráfico en el centro de la ciudad. Berlín, por su parte, implementó su Zona de Bajas Emisiones en 2008 y ha visto una reducción significativa en las concentraciones de dióxido de nitrógeno desde entonces.
El Caso de Madrid

Madrid ha implementado su propia versión de las Zonas de Bajas Emisiones, conocida como Madrid Central, que restringe el acceso de vehículos más contaminantes al centro de la ciudad. Este proyecto ha sido objeto de debate político y social, con detractores y defensores argumentando sobre su efectividad y el impacto en la movilidad urbana. A pesar de la controversia, las autoridades locales han mantenido la iniciativa como una medida clave para mejorar la calidad del aire y la salud pública.
La implementación de Zonas de Bajas Emisiones en ciudades de todo el mundo refleja una creciente preocupación por la calidad del aire y el cambio climático. Estas políticas son parte de un esfuerzo más amplio para promover el uso de vehículos eléctricos y otros modos de transporte sostenibles. Sin embargo, la resistencia de grupos como los «Blade Runners» en Londres destaca la necesidad de abordar las preocupaciones y percepciones de la población afectada.