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Gama Renault Mégane. Español ejemplar

Asentado sobre su cuarta generación y liderando el mercado español asiduamente a los largo de sus 22 años de historia, el Renault Mégane tiene detrás una vasta experiencia que se combina ahora con la mejor calidad y una tecnología punta, que no se encuentra al alcance de todos.

Tampoco será un problema encontrar la versión más adecuada entre las 28 que ofrece la berlina de cinco puertas, las mismas que encontramos en la variante familiar Sport Tourer. Y es que la oferta en motorizaciones es amplia y sumamente eficiente, con bloques de cuatro cilindros turboalimentados. Si nos decantamos por la gasolina podemos elegir entre un motor de 1,2 litros con 100 y 120 caballos de potencia, un 1.6 que eroga 205 CV y el brutal 1.8 con 280 CV, este último asociado a la variante R.S.

Si preferimos una mecánica diésel, la oferta pasa por un 1.5 dCi con 90 y 110 caballos -fabricado en Valladolid-, y un 1.6 dCi, disponible con 130 o 165 CV.

Ocho niveles de acabado

Según sea la versión elegida, se asociará a una caja manual o a la automática de doble embrague EDC, en ambos casos de seis relaciones; con la excepción del motor de gasolina de 205 CV, ligado a la caja EDC de siete marchas.

La gama actual del Mégane se estructura sobre ocho niveles de acabado, empezando por el Life de acceso, siguiendo por los Limited, Business, Zen, Bose, GT Line y GT, y terminando en el poderoso R.S. El equipamiento es generoso desde la versión de entrada, y se va incrementando con avanzados elementos tecnológicos en el resto, algunos de ellos no disponibles en sus rivales directos.

Es el caso de la sofisticada dirección a las cuatro ruedas 4Control -ver recuadro-, que incrementa considerablemente la estabilidad, la agilidad a elevada velocidad y la maniobrabilidad circulando por ciudad. Las versiones deportivas GT y R.S. también contemplan la función Launch Control, que asegura una aceleración desde parado perfecta, o el asistente Multi-Change Down, que permite reducir automáticamente varias velocidades de una vez si mantenemos pulsada la leva izquierda y pisamos el pedal del freno a la vez.

Asimismo, nos podemos beneficiar del asistente de conducción MULTI-SENSE, sistema que nos permite personalizar el vehículo con los programas Neutro, Sport, Confort, Personalizado y Eco, más un modo R.S. en las variantes deportivas.

Máxima seguridad y máximo equipamiento

Otro de los puntos fuertes de la nueva gama Mégane es la seguridad. Con las preciadas cinco estrellas logradas en los exigentes ensayos de EuroNCAP, el equipamiento enfocado hacia este apartado vital es muy generoso, heredando tecnologías de sus hermanos mayores, como el Talisman o el Espace.

En su dotación contempla elementos como una alerta de cambio de carril involuntario, una frenada autónoma de emergencia activa entre 30 y 140 km/h, asistentes de distancia de seguridad y de exceso de velocidad con reconocimiento de señales de tráfico, un control del ángulo muerto generado por los retrovisores o una práctica cámara de visión trasera. Otra 'ayuda' destacable es el Head-up Display retráctil en color, que nos brinda información sin necesidad de tener que desviar la vista de la carretera.

El Mégane también introduce otros asistentes que nos harán la vida más fácil, como un control de velocidad de crucero adaptativo, el cambio inteligente de luces de carretera o el denominado Easy Park Assist, un sistema de aparcamiento asistido 'manos libres'.

Además, en las versiones superiores ofrece el sistema R-LINK 2, que nos permite gestionar, desde la pantalla central táctil vertical de 8,7 pulgadas -o mediante reconocimiento de voz-, funciones de la navegación, telefonía y un amplio abanico de conectividad con diversas aplicaciones.

Y todo este arsenal de tecnologías lo disfrutaremos en un interior amplio, ergonómico y bien rematado e insonorizado, con asientos cómodos y envolventes; completado por un maletero de 384 litros.

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Mégane Sport Tourer. Funcionalidad familiar

Las carrocerías familiares van ganando adeptos en nuestro país. Seguimos a años luz de otros mercado del norte de Europa, pero su mayor polivalencia y capacidad, y unos diseños más atractivos van calando en los usuarios. Es el caso del Mégane Sport Tourer, un vehículo muy equilibrado por proporciones y personalidad.

La versión familiar de la gama mide 4,63 metros, es decir, incrementa su longitud en 26,7 centímetros con respecto al Mégane berlina, correspondiendo 4,3 centímetros a una distancia entre ejes más generosa.

Eso conlleva dos consecuencias inmediatas muy positivas. Por un lado, los pasajeros de las plazas traseras gozan de un espacio más desahogado para las piernas; por otro, la capacidad del maletero aumenta hasta los 521 litros, es decir, 137 más que la berlina de cinco puertas, que ya ofrece un generoso volumen.

Y esto partiendo de mínimos, con las cinco plazas en uso, porque en caso de necesidad el compartimento de carga crece hasta los 1.504 litros (1.695 litros de agua), abatiendo los respaldos traseros, y si hacemos lo propio con asiento del copiloto podremos introducir objetos superiores a los 2,70 metros de largo.

Tampoco será problema elegir motor, pues ofrece un amplio abanico de mecánicas que se ajustan a todas las necesidades. En gasolina contempla las variantes TCe con 100, 130 y 205 CV, mientras que en ciclo turbodiésel ofrece los económicos dCi con 90, 110, 130 y 165 CV, disponibles con cajas manuales de seis relaciones. El cambio automático EDC es de serie con el acabado GT -asociado exclusivamente a los dos motores más potentes, tanto en gasolina como en diésel-, modelos que incrementan su talante deportivo gracias a una puesta a punto del chasis más dinámica y al sistema de dirección a las cuatro ruedas 4Control, que garantiza agilidad total y máxima estabilidad.

Avanzada también es su tecnología en cuanto a ayudas de conducción, con elementos como las alertas de cambio de carril y de distancia de seguridad, frenada autónoma de emergencia, control del ángulo muerto o asistente de señales de tráfico, entre otros.

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Mégane R.S. Para amantes de las grandes sensaciones

Si nos gustan las fuertes sensaciones, la tercera generación del Mégane R.S. cumplirá con todas nuestras expectativas. La experiencia de Renault Sport en el mundo de la competición permite 'poner' en la calle un vehículo de grandes prestaciones; que sin duda se convierte en uno de los 'gallitos' del segmento.

El alma de este modelo deportivo es un nuevo propulsor de 1,8 litros turboalimentado que eroga 280 caballos de potencia y rinde un par máximo de 39,8 mkg. Estas cifras se pueden gestionar mediante un caja manual o la automática EDC con doble embrague -y grandes levas detrás del volante-, en ambos casos con seis relaciones.

La velocidad máxima es de 255 km/h -250 con el cambio EDC-, y es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos. Por su condición de tracción delantera, es determinante la función Launch Control, que permite salir desde parado como un misil, traccionando eficazmente.

Con ese potencial a nuestra disposición es esencial contar con un bastidor de garantías. Y en este caso también podemos elegir por partida doble. El chasis Sport estrena nuevos amortiguadores y un sistema electrónico de reparto de par; mientras que el chasis Cup incrementa un 10 por ciento la firmeza del tarado de la suspensión y añade un diferencial mecánico Torsen de deslizamiento limitado para afrontar una conducción más deportiva e intensa. En ambos casos, y como complemento al aumento del ancho de vías delante y detrás, contamos con la eficaz dirección a las cuatro ruedas 4Control, así como un sistema de frenado potenciado y firmado por Brembo.

Corre mucho y corre bien, pero el Mégane R.S. también es completamente apto para el día a día. El asistente de conducción MULTI-SENSE, por ejemplo, permite dulcificar su carácter con los modos Comfort y Normal; y también se añaden el Sport, el Race -enfocado a circuitos- y el Perso, este último para ajustar parámetros del motor, el cambio, la dirección o el pedal acelerador. Y no faltan avanzados sistemas tecnológicos en materia de seguridad, confort y conectividad.

Y por si con todo esto no tenemos suficiente, antes de que concluya el año aparecerá la versión Trophy, que incrementa la potencia hasta los 300 CV y apuesta de serie por el chasis Cup y llantas de 19 pulgadas.

4control. Significa agilidad y estabilidad

La tecnología 4Control que Renault aplica a los Mégane GT y R.S., y que permite al Mégane ser referencia en cuestión de comportamiento, cuenta con un sistema de cuatro ruedas directrices que procura una experiencia de conducción más eficaz, pues mejora la agilidad en las curvas cerradas, pero también la estabilidad en curva rápida o al cambiar de carril a alta velocidad.

En las primeras, hasta 60 km/h de velocidad, las ruedas traseras giran en sentido opuesto a las delanteras, dentro de un límite de hasta 2,7 grados. Y eso reduce también el radio de giro en ciudad, por ejemplo. En cambio, en maniobras a alta velocidad -más de 60 km/h- las cuatro ruedas giran en el mismo sentido; las traseras, con un límite de 1 grado. En el modo 'Race' del Mégane R.S., la transición de un tipo de giro a otro se produce a mayor velocidad: 100 km/h.

R.S. Vision. La noche se convierte en día

Presente ya en el Clio R.S., el sistema de iluminación de múltiples reflectantes LED R.S. Vision es de serie en el nuevo Mégane R.S. En forma de bandera de cuadros, esas ópticas se integran en el paragolpes delantero, son únicas en este segmento y responden a la necesidad de una iluminación eficaz, al nivel de las prestaciones del coche. Dotado de nueve LED por bloque, este sistema reagrupa cuatro funciones de iluminación de alto rendimiento: luces de posición, luces de curva, faros antiniebla y luces de carretera de largo alcance. Con una proyección de 460 metros, un 17 % más que en el Mégane III R.S., las luces de carretera son el complemento perfecto de los faros principales con tecnología Full-LED, y por vez primera la firma luminosa C-Shape se extiende a los intermitentes.