Cuando hablamos del futuro de la movilidad, solemos pensar en coches eléctricos, en vehículos autónomos o en cualquier otro ‘invento’ que parece sacado de una película de ciencia ficción. Ahora bien, ¿has oído hablar de las carreteras inteligentes? De nada servirán los coches del mañana si van a seguir circulando por infraestructuras del pasado.
La innovación no se puede limitar solo al tipo de vehículo, y aquí es donde entran en juego las carreteras inteligentes. Son nuevas vías que tienen la capacidad de ‘comunicarse’ con los conductores, anticipar problemas y hacer que el desplazamiento sea mucho más seguro, eficiente y sostenible.
1¿Qué son exactamente las carreteras inteligentes?

Las carreteras inteligentes son vías que están equipadas con sensores, sistemas de comunicación y tecnologías avanzadas que recogen y transmiten información en tiempo real. La idea es que la carretera sea una especie de ‘cerebro’ que tenga el poder de interactuar con los coches, los semáforos y hasta con los propios usuarios.
En la práctica, que haya datos más evidentes sobre tráfico, condiciones climáticas, accidentes o presencia de obstáculos. De esta forma, el conductor (o el sistema del vehículo autónomo) se puede anticipar a lo que ocurra unos metros más adelante. Algo así como tener una cámara para saber todo lo que ocurre varios metros por delante.