El Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, en el que Charles Leclerc se llevó la victoria, fue también el del lanzamiento de una nueva versión del icónico Cronograph de Tag Heuer, que presenta una estética inspirada en los deportes del motor.
La firma relojera suiza presentó está versión de un reloj que hace un tributo al legado automovilístico y al espíritu glamouroso de esta carrera de Fórmula 1 a la vez que incorpora diseño y tecnología de vanguardia.
Un cronógrafo exclusivo que ha lucido el piloto Max Verstappen durante la cita en Mónaco y que renueva el mítico reloj que llevaba en la muñeca Steve McQueen en la película «Le Mans» de 1971.
Inspirado en los monoplazas de Fórmula 1
Presentado en 1969, el TAG Heuer Monaco Chronograph se convirtió rápidamente en uno de los relojes más simbólicos de la historia por su atrevida forma cuadrada, su corona a la izquierda, su caja cepillada y pulida y su esfera azul, que no se parecían a nada de lo que había entonces en el mercado. Rápidamente pasó a ser sinónimo de la marca y se alzó como uno de los modelos favoritos del mundo de la Fórmula 1.
El TAG Heuer Monaco Chronograph (11.000 euros) presenta una esfera que deja entrever la sofisticada mecánica del reloj. Su color azul oscuro es un guiño al mar mediterráneo y a la ciudad de Mónaco, que acoge una de las carreras más prestigiosas del mundo.
Cuenta con una robusta caja de titanio, conocida por su ligereza y resistencia a los golpes, y los toques de amarillo en las agujas y los indicadores de las horas aportan un vibrante contraste, evocando las chispas que saltan de los monoplazas de Fórmula 1.
Además, el TAG Heuer Monaco Chronograph también rinde homenaje a la huella imborrable en el cronometraje deportivo. En resumen, un reloj que combina la artesanía tradicional con la relojería contemporánea y que no es solo una herramienta para medir el tiempo, sino un compañero para los que viven al límite.
