En los años 50, Ford tenía en sus manos un modelo que marcaba la diferencia; el Thunderbird. Este se vendió de forma ininterrumpida de 1955 a 1997, con más de diez generaciones a sus espaldas. Entre 2002 y 2005, la firma del óvalo azul quiso recuperar el modelo con una 11ª generación, aunque con no muy buenos resultados, por lo que la compañía decidió enterrar el nombre Thunderbird al finalizar la producción.
Un trabajo de 4 años
Ahora bien, todavía quedan muchos de estos espectaculares vehículos, sobre todo de los clásicos, rodando por las calles. Este es el caso del modelo que tenemos en las fotografías, cuyo dueño decidió que lo de serie no iba con él.
Encontró este ejemplar en perfecto estado original en Perris, California; lugar donde residía con su segundo dueño desde 1965. Gracias a su esbelta silueta, su alargado cuerpo y su diseño retro, el Thunderbird le pareció una buena compra para lo que tenía en mente: una auténtica personalización, de arriba a abajo, para dejarlo lo más alejado a uno de serie que se pueda ver.
Los gustos son personales y, como en todo, habrá a quienes les parezca una pasada y otros a los que les parezca un sacrilegio. A mí, personalmente, me hubiera gustado mucho más hacerme con el modelo clásico original y mantenerlo tal y como salió de la fábrica. Pero, como digo, esa es solo mi opinión…
Pero no se crean que ha sido un paseo esta restauración, se han necesitado cuatro años de construcción, ya que se ha cambiado absolutamente cada pieza del modelo, excepto el chasis y el motor de 6,4 litros. El trabajo ha sido realizado por Starlite Rod and Kustom, en Harbor City, California, e incluye la pintura verde Kiwi con partículas metálicas, líneas hechas a mano por un artista en un tono más oscuro de verde y una suspensión neumática Accuair que permite que el coche se quede tan cerca del suelo que incluso asusta, ya que no se querrá dañar semejante esfuerzo en el trabajo de pintura.
El interior por su parte ha sido fabricado y diseñado por Chuy's Auto Interior, en Carson; California, y se compone de unos asientos retro en verde oscuro, con detalles en verde metalizado en todo el habitáculo. Además, se ha trabajado en el maletero de manera que, con un diseño muy cuidado, se ocultan los compresores y demás parafernalia de la suspensión neumática.