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Ford Mustang Mach-e. Caballo eléctrico

Habrá quien se pregunte qué tiene que ver un Mustang de los de toda la vida con este crossover de 4,71 metros presentado ahora por Ford y bautizado Mustang Mach-E, pero a medida que reparas en detalles los nexos entre ambos van creciendo, como unas ópticas delanteras y traseras que tienen mucho en común, y otras características que apreciamos en la vista de perfil, como un capó largo y el morro tipo nariz de tiburón, un techo de trazo continuo, hombros muy marcados sobre las aletas posteriores… Y hay que pensar en el Mach-E como el Mustang adaptado a los nuevos tiempos, tanto en lo estético y funcional como en lo mecánico, donde el protagonismo es para una plataforma cien por cien eléctrica con la que la firma del óvalo, más que a Mercedes EQC, Jaguar I-Pace o Audi e-tron, parece apuntar al corazón de Tesla y su Model 3, el eléctrico más exitoso del momento a nivel global. Y hacerlo llamándote Mustang tiene su aquel.

A esos 471 centímetros de longitud, el Mach-E suma una cota de anchura de 188 centímetros y una altura que roza los 160, siendo su batalla de 298 centímetros. Y cuando te sientas, ya sea en las acogedoras y firmes butacas delanteras como en una segunda fila realmente amplia, ya te das cuenta de que ahí se viajará bien. Además, las plazas posteriores no sufren la presencia del túnel central (suelo completamente plano), tiene salidas de aireación propias y gozan de la misma buena calidad de acabado, pues las puertas delanteras y traseras comparten los mismos plásticos mullidos. Y es que no se escatima en materiales de buena calidad, como demuestra el marco de magnesio que acoge la enorme pantalla central vertical, de 15,5 pulgadas e inspiración claramente Tesla pero con un funcionamiento más intuitivo y rápido, una rueda central de volumen de verdad y una zona inferior donde los comandos táctiles son permanentes, como los vinculados a la climatización. La instrumentación también es digital, y podemos configurar la alargada pantalla de 10,2 pulgadas de acuerdo con el programa de conducción elegido, una selección que determina también el sonido que escuchamos al acelerar, y que en modo Sport tiene un atractivo especial. Igual que el ruido artificial exterior, 'muy Mustang' pero civilizado y agradable a ojos (oídos, mejor dicho) de un peatón. Los ocupantes de la segunda fila gozan de mucho espacio a lo largo, a lo ancho y a lo alto, y la amplitud distingue también a un maletero de formas diáfanas que anuncia 402 litros de capacidad (1.420 si abatimos la segunda fila por completo) y que ofrece portón automático con apertura pasando el pie bajo el paragolpes. Y no es el único espacio para guardar equipaje, pues bajo el capó frontal hay otro maletero con 100 litros (parecen más) que dará bastante juego, ya que cabe un trolley de viaje y alguna cosilla más.

Puestos a criticar algo en términos de funcionalidad nos quedamos, sin duda, con el sistema de apertura de puertas desde el exterior, pues debemos pulsar un sensor táctil y esperar (pasa un segundo, más o menos) a que salten y se separen unos 40 milímetros de la carrocería. Después, en el caso de las puertas delanteras, podemos tirar de una especie de ganchito, pero en las traseras debemos meter los dedos entre la carrocería y la puerta para tirar de ésta. Si hay tiempo para ello, quizás los ingenieros y diseñadores deberían probar una solución más convencional de cara a su comercialización en Europa, que empezará en otoño de 2020 por la zona norte del continente (Alemania, Francia, Noruega, Reino Unido, Suiza y Holanda), para seguir después por mercados como el español, ya a finales de año.

Justo para entonces, Ford quiere tener a la venta ya 14 modelos electrificados, donde incluye desde eléctricos puros, híbridos enchufables e híbridos autorrecargables hasta versiones 'mild hybrid' como las del nuevo Puma o vehículos comerciales, donde su estrategia es de lo más agresiva. Todo fruto de unas inversiones de 11.000 millones de dólares (unos 10.000 millones de euros) que empiezan a poner en los concesionarios productos como este Mustang Mach-E, del que todavía no hay precios para Europa -en EE.UU. se anuncia un coste de partida de 43.895 dólares (unos 40.000 euros)-, aunque es fácil suponer que serán más bajos que los del Jaguar i-Pace y competirán con los del Tesla Model 3.

Con cuatro niveles de equipamiento

A falta de conocer las facturas, sí sabemos casi todo lo demás, como que habrá tres niveles de terminación o equipamiento (First Edition, Select y Premium), más un cuarto, llamado GT, que llegará en el verano de 2021 y presenta características propias y más deportivas: llantas de 20 pulgadas, frontal con parrilla negra, logo GT en la zaga sustituyendo al clásico caballo al galope… Y serán también cuatro, de inicio, las combinaciones mecánicas posibles, pues el Mustang Mach-E estará disponible con tracción trasera (llantas de 18 pulgadas) o a las cuatro ruedas (llantas de 19 pulgadas), y en cada caso el cliente podrá escoger entre versión de autonomía normal (Standard Range) o autonomía extendida (Extended Range). En el primer caso la batería de iones de litio tiene 75,7 kWh de capacidad (450 kilómetros de autonomía WLTP con tracción trasera RWD y 420 con tracción total AWD), mientras que los otros tienen una batería de 98,8 kWh (600 kilómetros de alcance medio el RWD y 540 el AWD). Y la potencia mecánica no es similar, pues en función de la tracción y la batería elegidas, la energía disponible bajo el acelerador es mayor (dos motores eléctricos) o menor (un solo motor), de modo que los Mustang Mach-E Standard Range (tanto RWD como AWD) rinden 258 CV y 42,3 mkg de par, la versión RWD Extended Range disfruta de 285 CV y en la AWD Extended Range son ya 337 CV (aquí el par escala hasta 57,7 mkg), lo que es aplicable a la variante de lanzamiento, bautizada First Edition. No obstante, el Mach-E GT llegará en 2021 con mayores bríos, pues contará con tracción AWD, batería de 98,8 kWh (la autonomía WLTP estimada es de 500 kilómetros), una potencia conjunta de 459 CV y 84,7 mkg de par, lo que le permitirá acelerar de 0 a 100 km/h en menos de 5 segundos (menos de 8 emplea ya la versión básica, y menos de 7 las versiones normales con tracción AWD). En el caso del GT, además, la suspensión del resto de la gama (independiente de tipo McPherson delante y multibrazo posterior, con estabilizadoras en ambos ejes) recibe el apoyo de una amortiguación MagneRide; al igual que ocurre con los frenos (discos ventilados delante y macizos detrás en todos los Mach-E), pues el equipo de la versión GT se sobredimensionará para adecuarse a unas prestaciones que se anuncian como soberbias, pues los tiempos en circuito de un Mustang Mach-E GT son mejores, según Ford, que los de un Porsche 911 GTS.

De hecho, y a modo de primer contacto, tuvimos oportunidad de viajar como ocupantes en un Mach-E First Edition y la experiencia nos sirvió para comprobar que sí hay sensaciones deportivas, pues el test incluyó varios kilómetros por las bacheadas calles de Los Ángeles pero también algunos ensayos al límite en la pista de un aeropuerto, donde el Mustang eléctrico se mostraba aplomado y viraba muy plano, un poco en la línea del Jaguar i-Pace. Aceleración progresiva e impetuosa, frenadas sólidas, una dirección que aparentaba ser rápida y precisa en la prueba de eslalon… Habrá que ver si todo eso se confirma cuando seamos nosotros los que conducimos, pero las primeras sensaciones convencen.

El peso del conjunto (la carrocería combina acero con materiales compuestos para aligerar al maximo) no ha sido dado a conocer, pero sí sabemos que la batería pequeña ronda los 596 kilos. Va situada entre los ejes, bajo el habitáculo y protegida de posibles impactos, y como el resto del sistema eléctrico se beneficia de una garantía de 8 años o 160.000 kilómetros. Para su recarga hay varias posibilidades, empezando por enchufarlo a la red doméstica, lo que siempre es lentísimo. Pero Ford ofrecerá diferentes cargadores para el hogar, como un wallbox de 48 amperios que en una hora logra inyectar electricidad suficiente para cubrir 62 kilómetros, y será posible emplear los supercargadores Ionity Charge de 150 kW, de los que habrá repartidos unos 400 puntos por Europa al finalizar 2020: 38 minutos bastarán para cargar la batería del 10 al 80 por ciento.

Por último, Ford pone también mucho énfasis en destacar la última evolución del sistema de infoentretenimiento y conectividad SYNC, que al disfrutar de toda la información presente en Cloud nos mantendrá informados en tiempo real sobre posibles problemas en la ruta planificada o en el entorno. Y la dotación de asistentes de conducción es casi interminable: Active Park Assist 2.0 con visión perimetral de 360 grados, alerta de riesgos en marcha atrás con frenada automática, frenada contra colisión múltiples, alerta de peligros en los ángulos muertos, alerta de tráfico cruzado trasero, asistente precolisión con frenada de emergencia automática, mantenimiento automático en el carril y centrado automático en el carril, cámara trasera, luces de carretera automáticas, control de crucero activo con función Stop&Go, reconocimiento se señales de tráfico y asistente de dirección evasiva, entre otros elementos.