Ford enfrenta un serio desafío al anunciar el retiro de más de 768.000 vehículos diésel en todo el mundo, afectando a una amplia variedad de modelos fabricados entre 2014 y 2020. Este inconveniente llega en un momento en el que la marca busca reforzar su reputación en términos de calidad y fiabilidad, pero el error técnico detectado en los filtros de partículas diésel no pudo ser ignorado, y la solución implica un esfuerzo global.
El problema se centra en los filtros de partículas diésel, componentes críticos para el control de emisiones. Según informó la compañía, durante pruebas avanzadas realizadas a mediados de 2023, se detectaron grietas finas en los filtros de algunos modelos, lo que comprometía las pruebas de gases de escape. Este defecto podría impactar tanto en el rendimiento de los vehículos como en su cumplimiento con las normativas ambientales, lo que llevó a Ford a tomar la decisión de retirar del mercado 768.927 vehículos a nivel global.
Los modelos de Ford que se vieron afectados
En Alemania, donde el problema fue identificado inicialmente, se confirmó que 164.168 unidades están afectadas. Entre los modelos implicados se encuentran algunos de los más populares de la marca, como el EcoSport, Fiesta, Focus, Kuga y varios de la línea Transit. Ford ha comenzado a notificar a los propietarios de los vehículos afectados, quienes deberán llevar sus coches a concesionarios autorizados para que sean inspeccionados y, de ser necesario, se reemplace el filtro de partículas defectuoso.
El proceso de reemplazo será gratuito para los propietarios, y las nuevas piezas contarán con una garantía de 10 años o 160.000 kilómetros. Además, Ford evaluará solicitudes de reembolso en casos donde los propietarios hayan pagado previamente por la reparación o sustitución del filtro. Estas medidas buscan mitigar el impacto económico del problema y reforzar la confianza de los clientes en la marca.
Un problema global…
Aunque Alemania ha liderado la acción correctiva, el retiro se extiende a otros mercados internacionales, aunque los detalles específicos del procedimiento en cada región aún no han sido completamente revelados. Se recomienda a los propietarios de vehículos afectados estar atentos a las actualizaciones de las agencias locales de seguridad vial y a las comunicaciones de Ford para recibir instrucciones sobre cómo proceder.
Este incidente pone en evidencia los retos que enfrentan los fabricantes de automóviles para cumplir con las estrictas regulaciones ambientales y garantizar la confiabilidad de sus productos. Si bien Ford ha actuado rápidamente para abordar la situación, el impacto en su reputación y en la percepción del consumidor podría ser significativo. Este caso subraya la importancia de la inversión en controles de calidad y la prevención de errores técnicos en una industria cada vez más exigente.
