La nueva generación del Ford Focus incorpora una serie de tecnologías que tratan de hacer más fáciles los viajes nocturnos. Se trata del primer coche de la marca equipado con una tecnología de iluminación que lee las señales de tráfico y las marcas de los carriles para hacer coincidir los haces de los faros con lo que nos encontramos delante o incluso a la vuelta de la esquina.
La marca del óvalo azul es la primera en introducir esta tecnología. Por ejemplo, se ensancha el haz de luz cuando el vehículo se aproxima a una rotonda para permitir que los conductores puedan ver con mayor facilidad a los peatones o a los ciclistas.
Utiliza el entorno real
Esta tecnología en lugar de depender de la cartografía GPS, utiliza el entorno real del coche. El sistema de Iluminación Frontal Adaptativa sigue las marcas de los carriles para que pueda dirigir los faros hacia las curvas antes de que el conductor mueva el volante.
Un ingeniero de investigación de iluminación de Ford Europa, Michael Koherr, ha asegurado que «el objetivo es que conducir de noche no tenga por qué ser más difícil que conducir de día. En toda Europa, el 15% de los trazados de carreteras cambian cada año».
Con la cámara frontal del Ford Focus, se incorporan tecnologías que ayudan a los conductores a mantener el vehículo centrado en el carril, a mantener la distancia con otros vehículos y a advertir en caso de ir en sentido contrario en la autopista. Se ubica en el interior del parabrisas, bajo el espejo retrovisor, y controla las señales de tráfico y las marcas a una distancia de hasta 65 metros.
Pero aquí no queda la cosa, también ayuda a evitar que se deslumbre a otros vehículos mediante la función de Luces Largas sin Destellos, que elimina la posibilidad de deslumbrar a otros conductores y ayuda a ver mejor el camino.
