La madrugada del 15 al 16 de noviembre de 2024, el túnel la carretera N-120, que atraviesa el municipio ourensano de Rubiá, fue escenario de un grave accidente de tráfico. En este siniestro estuvieron implicados dos vehículos, lo que dejó como saldo cinco personas heridas. En un primer momento, uno de los conductores alegó que el incidente ocurrió al intentar esquivar un jabalí que cruzó la carretera. Sin embargo, tras una investigación más profunda, se descubrió que el accidente fue producto de una carrera ilegal entre varios coches.
Este tipo de carreras clandestinas no son algo aislado en la zona. Con el paso del tiempo, se ha vuelto cada vez más común la presencia de grupos de jóvenes que organizan estos eventos nocturnos, desafiando las normas de tráfico y poniendo en peligro la vida de los demás. Los conductores, generalmente a bordo de turismos deportivos, se lanzan a estas competencias sin medir las consecuencias, y las carreteras secundarias de la provincia se convierten en el escenario de sus arriesgadas apuestas. En este caso, el túnel en la carretera N-120 fue testigo de una de estas carreras, que tuvo un desenlace trágico.
Así fue el accidente entre los superdeportivos en el túnel

Las cámaras de seguridad situadas en los túneles que conectan Ourense con León captaron imágenes impactantes del momento previo al accidente. En ellas se puede observar cómo dos de los vehículos involucrados se colocan paralelamente, bloqueando ambos carriles de circulación en el túnel, antes de acelerar a toda velocidad. El comportamiento de estos coches fue tan temerario que uno de ellos terminó circulando en sentido contrario, lo que aumentó aún más el riesgo de colisión con otros vehículos. Este tipo de situaciones es habitual en las carreras ilegales, donde la prioridad es superar a los demás sin importar las consecuencias.
Lo que empezó como una aparente «diversión» para un grupo de jóvenes terminó en una tragedia que pudo haber tenido consecuencias mucho peores. Las investigaciones han demostrado que el accidente en el túnel no fue una simple distracción, sino el resultado de un comportamiento irresponsable y temerario. Este tipo de comportamientos no solo ponen en riesgo a los participantes, sino también a los conductores y peatones inocentes que transitan por la misma vía. Es esencial que las autoridades tomen medidas más drásticas para frenar este fenómeno, ya que las vidas de muchas personas están en juego.
Mucho cuidado con las carreras ilegales…

En el contexto de este accidente, las autoridades locales han emitido un mensaje claro: las carreras ilegales no son un juego y las consecuencias pueden ser devastadoras. En este sentido, se ha instado a la ciudadanía a denunciar este tipo de comportamientos y a colaborar con la policía para frenar estas actividades, que no solo son peligrosas, sino también ilegales. Es fundamental crear conciencia entre los jóvenes sobre los riesgos que conllevan estas conductas y las repercusiones legales que pueden enfrentar.
Lo sucedido en el túnel de Rubiá es un recordatorio de que, detrás de la adrenalina y la emoción de las carreras ilegales, hay vidas humanas en juego. La irresponsabilidad de un pequeño grupo de personas no debe empañar la seguridad de los demás, y es urgente que se tomen las medidas necesarias para evitar que estos eventos se sigan repitiendo. Las autoridades, las familias y la sociedad en general deben trabajar juntos para erradicar este peligroso fenómeno y garantizar la seguridad en las carreteras.