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Conducimos la familia X de Opel. Motores más limpios

En los próximos meses se aventuran grandes movimientos entre los fabricantes de automóviles. El motivo es la nueva homologación en materia de consumo, pasando del ciclo europeo NEDC al ciclo de conducción WLTP, una prueba también de laboratorio pero mucho más completa, ya que refleja patrones de conducción mucho más reales y exigentes. Esta nueva normativa entrará en vigor en septiembre de este mismo año para todos los vehículos, aunque la norma WLTP ya se introdujo en septiembre del año pasado para todos los modelos nuevos. Esto está provocando un rápido reajuste de muchos sistemas de propulsión, por eso es frecuente estas últimas semanas comprobar como algunos motores se han 'caído' de la oferta de los diversos configuradores hasta que puedan cumplir con los nuevos patrones de emisiones.

No es el caso de Opel, que ya en 2016 comenzó a publicar datos de consumos WLTP en el Astra. Y no sólo eso. El fabricante alemán también cumple ya con la exigente normativa de emisiones Euro 6d-TEMP en su gama X, que se realiza en pruebas de ciclo RDE y que mide los contaminantes circulando ya por vías públicas, con aparatos de medición portátiles. Esta norma tendrá su entrada en vigor en septiembre de 2019.

El éxito de la gama X de Opel

La familia X de Opel, compuesta por el Crossland X, el Mokka X y el Grandland X, ya representa un 25 por ciento de las ventas de la marca en Alemania y lidera el segmento SUV-B en lo que va de año en el mercado europeo. Y precisamente la gama más aventurera de la marca alemana presume de una mayoría de motores que ya cumplen con la norma Euro 6d-TEMP. Actualmente 90 versiones de Opel cumplen ya con este requisito.

La piedra angular para presumir con esa 'máxima' pasa fundamentalmente por optimizar varios de sus propulsores y cajas de cambio. Así el propulsor 1.2 PureTech de segunda generación, disponible con 81, 110 y 130 CV, presenta un turbo más rápido en su actuación y ofrece un ahorro de consumo del 4 por ciento. La caja manual de seis relaciones es nueva y pesa 38 kilos, 10 menos que la anterior. También está disponible con la nueva transmisión automática de ocho velocidades, que sustituye a la anterior de seis, y es más suave en su funcionamiento, además de pesar dos kilos menos.

Otro motor vital ha sido el nuevo 1.5 turbodiésel, que reemplaza al anterior 1.6 CDTi. Disponible en variantes de 102 y 130 caballos, ha sido desarrollado por ordenador y está construido íntegramente en aluminio. Se asocia a las nuevas transmisiones manuales o automáticas antes mencionadas. En lo más alto encontramos el conocido 2.0 diésel de 177 CV, disponible en el Grandland X y asociado a la caja automática de ocho relaciones exclusivamente. Dotado de turbo de geometría variable, ha mejorado el funcionamiento del sistema Start/Stop. El consumo medio homologado es de 4,8 litros. Ya en 2020 el Grandland X será el primer Opel que contará con una versión híbrida enchufable.

También se introduce un nuevo 1.4 turbo de gasolina con 120 CV en el Mokka X, pero este propulsor no llegará a nuestro mercado debido a que el que el porta actualmente este modelo es el mismo bloque, con 140 CV, y no tendría demasiada demanda.

Motores para todo el Grupo PSA

Los responsables de Opel también anunciaron que serán los encargados de fabricar los motores de gasolina de todo el Grupo PSA que se incorporarán a las cadenas híbridas a partir de 2020.

Tuvimos ocasión de probar varios de estos nuevos motores. Comenzamos con el diésel de 177 CV en el Grandland X, una mecánica solvente que unida al cambio automático de ocho relaciones se convierte en una opción muy rutera. Cuenta con función manual para gestionar las marchas, pero no contempla un programa deportivo. El movimiento de la palanca tiene un recorrido en escalera que hay que 'acompañar', pero el convertidor de par resulta suave y agradable en su funcionamiento. En manual aguanta la relación hasta casi las 5.000 rpm, aunque finalmente cambia para proteger la mecánica.

También rodamos con este modelo y el propulsor 1.2 PureTech de 130 CV asociado al mismo cambio AT8. Sorprende la capacidad de recuperación que ofrece pese a su escasa cilindrada y naturaleza tricilíndrica, así como por sus prestaciones. Por último, conducimos el SUV de acceso, el Crossland X, con la mecánica diésel 1.5 de 102 caballos y cambio manual de seis relaciones. La respuesta de este tándem también es notable y el tacto general muy agradable, incluso en la palanca del cambio, que presenta un pomo demasiado voluminoso.

Todos los motores y cajas de cambio mencionadas ya están disponibles en nuestro mercado. La gama Crossland X está disponible entre 18.272 y 26.657 euros; el Mokka X entre 23.000 y 32.500 euros; y el Grandland X está a la venta entre 25.400 y 39.800 euros.