Con la llegada del verano, las temperaturas extremas no solo afectan a los conductores, sino también a los vehículos. Uno de los sistemas más vulnerables del coche durante las olas de calor es el de los frenos. La combinación de altas temperaturas ambientales y el calor generado por la fricción puede provocar fallos peligrosos que, si no se detectan a tiempo, ponen en riesgo la seguridad de los ocupantes. Problemas como el “fading” o el “vapour lock” se vuelven más frecuentes, y entenderlos puede marcar la diferencia entre frenar a tiempo o sufrir un accidente.
2El vapour lock y el peligro oculto en el líquido de frenos

Otro problema que puede surgir en verano es el llamado vapour lock, que afecta directamente al líquido de frenos. Este fluido es higroscópico, es decir, absorbe humedad con el tiempo. Cuando el calor aprieta y la temperatura sube más de lo que debería, esa humedad atrapada puede hervir, formando burbujas de vapor dentro del sistema hidráulico.
¿El resultado? Cuando pisas el freno, esas burbujas se comprimen en lugar de transmitir presión a los pistones de las pinzas de freno. Lo que sientes al volante es que el pedal se hunde y, lo más grave, el coche apenas responde. Es como si los frenos desaparecieran en pleno movimiento. Por eso es tan importante cambiar el líquido de frenos periódicamente y asegurarse de que está en buenas condiciones, sobre todo antes de emprender un viaje largo en verano.