Volver de la playa después de unos días de descanso siempre trae consigo el coche cubierto de restos que parecen imposibles de eliminar. Ese brillo mate en la pintura, el cristal con huellas blanquecinas y la arena acumulada en las alfombrillas no son simples molestias estéticas: son señales de que tu vehículo ha sufrido el contacto con el entorno marino.
Muchos conductores cometen el error de pensar que basta con pasar la pistola de agua a presión. Sin embargo, según los expertos en detailing, esta práctica no solo es poco eficaz, sino que también puede ser contraproducente. El salitre, la arena y la humedad necesitan un tratamiento mucho más delicado y especializado si no quieres que tu coche envejezca antes de tiempo.
5Ergonomía y salud dentro del habitáculo

El interior del coche tras la playa es como un pequeño desierto portátil. La arena se incrusta en las alfombrillas, los asientos y los rincones más insospechados, algo que afecta no solo a la comodidad, sino que también puede generar problemas de salud. Los ácaros encuentran en la humedad y el calor un caldo de cultivo perfecto, lo que agrava alergias y problemas respiratorios.
Un tratamiento de detailing interior va más allá de pasar la aspiradora: implica desinfectar, limpiar filtros de aire y renovar los sistemas de ventilación. Así, el coche no solo se siente más confortable, sino también más saludable para quienes lo utilizan a diario.