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viernes, 13 junio 2025

La excusa que Repsol pone para no dejar morir el diésel podría incluso llegar a salvarte la vida

El diésel ya no es el combustible favorito en Europa, porque la venta de coches con estos motores ha caído en picado en los últimos años. El pasado mes de abril, las matriculaciones de turismos diésel cayeron un 26,4% en la Unión Europea con respecto al mismo mes del año anterior, según datos de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA).

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Además, tienen una cuota de mercado del 9,6%, superados incluso por los eléctricos, que ya alcanzan el 15,3%. ¿El motivo? El auge de los eléctricos, los híbridos y que los gasolina siguen siendo la opción favorita entre los motores de combustión, porque sufren menos averías y no dan tantos problemas con las emisiones como el diésel.

Sin embargo, hay quien todavía defiende su utilidad, como Repsol, que ha tirado de la necesidad para defender su argumento. De hecho, Josu Jon Imaz, su conejero delegado, ha afirmado textualmente que el diésel ha salvado a este país hace bien poco. Y esto nos hace preguntarnos: ¿estamos preparados para abandonar completamente los combustibles fósiles o todavía estamos lejos de ese momento?

«El diésel salvó a este país»: la defensa pública de Repsol

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Fuente: Pexels

Hace unos días, durante una intervención en el Foro Empresarial de Gipuzkoa, Josu Jon Imaz se refirió al papel que el diésel jugó el pasado 28 de abril durante el apagón, pues mantuvo operativas actividades esenciales, como el transporte de alimentos, los servicios logísticos o el suministro industrial. «El denostado diésel salvó a este país«, afirmó, en relación a la obligación de seguir produciendo este carburante mientras sea necesario.

El CEO de Repsol argumentó que el debate energético no debería centrarse exclusivamente en eliminar fuentes fósiles, sino en garantizar que la transición se haga con criterios técnicos y funcionales. «Es nuestra responsabilidad moral seguir produciendo diésel para que los productos lleguen a los supermercados todas las mañanas, seguir produciendo gas para la actividad industrial y seguir produciendo queroseno para que incluso aquellos que lo denuestan sigan volando de vacaciones, de trabajo o para que los entornos tengan actividad turística. Tenemos la responsabilidad moral de hacer esto cada vez de forma más sostenible», ha señalado.

Además, Imaz aprovechó para criticar lo que considera una hiperregulación europea que, en su opinión, está afectando a la competitividad industrial del continente. Reclamó menos directivas y mayor flexibilidad para que las empresas puedan seguir invirtiendo en tecnologías que garanticen el suministro, incluso mientras avanzamos hacia fuentes más limpias.

Lejos de plantear una confrontación con las energías renovables, Repsol considera que las dos líneas pueden coexistir durante un tiempo. De hecho, la compañía mantiene inversiones activas tanto en renovables como en biocombustibles, lo que reconoce esa doble estrategia de avanzar hacia la descarbonización sin comprometer el funcionamiento del sistema energético actual.

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¿Estamos preparados para un mundo sin diésel?

Diésel
Fuente: Agencias

Aunque las ventas de vehículos nuevos diésel han caído en los últimos meses, no podemos decir lo mismo del parque móvil actual. Una buena parte de los vehículos en circulación —sobre todo en sectores como el transporte pesado, el reparto urbano o la maquinaria agrícola— sigue dependiendo exclusivamente del gasoil.

La compañía petrolera Repsol lo que plantea es que eliminar el diésel de forma abrupta sería demasiado arriesgado, así que abogan por mantener la producción del combustible mientras mejoran la sostenibilidad, ya sea a través del uso de biocombustibles avanzados o haciendo el refinamiento más eficiente. De hecho, en su estrategia de movilidad incluyen carburantes de baja huella de carbono para vehículos que no pueden electrificarse todavía.

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Y lo que la compañía apunta es a que el diésel tiene un papel fundamental en apagones o crisis logísticas, como el que vivimos en España el pasado mes de abril. Es una fuente energética estable, fácil de almacenar y de distribuir, así que esa capacidad de respuesta inmediata fue lo que, en palabras de Imaz, nos salvó en España de una situación todavía más extrema.

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